El pasado verano 7 turistas estadounidenses e irlandeses fueron detenidos por la Policía Nacional tras provocar un incendio en el parque natural del Montgó (la Marina Alta) al lanzar al cielo durante una noche de fiesta en un chalé unos farolillos aéreos con una vela interior. Esta imprudencia provocó un incendio que quemó unos 1.000 metros cuadrados de vegetación y los turistas acabaron pasando la misma noche en el calabozo.
A estos turistas el fuerte viento agravó su imprudencia llevando el fuego al monte a finales del mes de julio. Una situación similar si vivió en Cullera el pasado sábado cuando el ayuntamiento dirigido por Ernesto Sanjuán (PP) permitió que se disparara el castillo de fuegos durante la procesión de las fiestas patronales de la 'Baixà de la Mare de Déu del Castell' que prendió las llamas en la montaña, pero la actuación legal no ha sido la misma.
Dicho castillo pirotécnico fue disparado a las faldas de la montaña donde se encuentra el castillo de la localidad, y también en el límite con el nucleo urbano. Y se hizo pese a estar prohibido expresamente cualquier tipo de fuego, incluso en las zonas autorizadas, por haberse decretado la preemergencia nivel 3 por el viento y la situación de ambiente seco, además de que no era la primera vez que se producía algún incendio en el mismo acto.
El incendio cobró gran virulencia ya durante el disparo del castillo y este no fue interrumpido, pero además la procesión también prosiguió como si no hubiese ocurrido nada hasta llevar la imagen de la Mare de Déu hasta la parroquia de los Santos Juanes.
Al final el resultado han sido 3,4 hectáreas de monte calcinado y la Generalitat ha abierto un expediente sancionador, pero ningún detenido como sí pasó con los turistas causante del incendio en el Montgó. Hasta el momento el alcalde de Cullera (también diputado de Turismo de la Diputación de Valencia y ex diputado de Medio Ambiente) no ha comparecido ni ha ofrecido ninguna explicación, mientras la oposición pide su dimisión.