Un “agitador cultural”. Así ha definido al ensayista Joan Fuster (Sueca, 1922-1992) el secretario autonómico de Cultura de la Generalitat Valenciana, Ximo López, en la presentación de la exposición sobre la obra y la trayectoria vital del intelectual del que este año se celebra el centenario de su nacimiento.
La muestra Fuster en el seu temps, comisariada por Francesc Pérez Moragón, Edelmir Galdón y Salvador Ortells, recopila una amplia colección de obras de arte de la colección del ensayista de Sueca, con 28 esculturas de Jose Cusachs, Manolo Boix y Andreu Alfaro y 62 pinturas y dibujos de autores como Artur Heras, Pilar Dolz, Miquel Navarro, Juan Genovés, Antoni Miró, Antoni Tàpies, Josep Renau, Joan Miró o el Equipo Realidad.
La exposición, que se puede visitar hasta el próximo 26 de febrero en el Centre del Carme de Cultura Contemporània de València, incluye también abundante material gráfico y algunas de las ediciones originales de títulos como Nosaltres els valencians.
La muestra, dirigida para todos los públicos, ha trasladado a Valencia los fondos más importantes que alberga la Casa Fuster en Sueca. “El tesoro de aquella casa”, explica Pérez Moragón, “son las obras originales de Fuster, las fichas, los recortes de prensa, sus libros anotados”. “Todo eso es el núcleo intelectual de Fuster”, agrega.
La muestra, organizada por la Generalitat Valenciana y la Acadèmia Valenciana de la Llengua, culmina las abundantes actividades que han conformado la celebración del centenario del nacimiento de Joan Fuster. Se trata, según Ximo López, de la “mayor exposición” organizada para poner en valor la trayectoria de un “intelectual lúcido, inconformista y arriesgado”. “Posiblemente el intelectual valenciano más importante del siglo XX”, ha apostillado.
Francesc Pérez Moragón ha repasado la herencia, intelectual y material, de Joan Fuster, cuya gestión no siempre ha sido pacífica. El comisario ha celebrado que la exposición Fuster en el seu temps demuestra que el “legado auténtico” del ensayista ha fructificado “para bien” en miles de lectores y lectoras de todas sus obras, “no sólo una”, y en los visitantes de la Casa Fuster. También en la “esperanza en la renovación de nuestro país y en una Europa más fuerte y decisiva, fiel a su herencia cultural”.
“Mientras otros hacían negocio con Fuster”, sostiene Pérez Moragón, los sucesivos ayuntamientos de Sueca y la Generalitat Valenciana (“desde Joan Lerma hasta Ximo Puig, incluyendo algunos cargos de la derecha”) se han esforzado por “hacer posible un fenómeno cultural que resulta ejemplar en nuestro país”.
El itinerario expositivo de la muestra se divide en bloques temáticos que abarcan desde la infancia del escritor, pasando por su trayectoria periodística o por su relación con el mundo universitario.
El comisario de la exposición, Francesc Pérez Moragón, ha explicado a este diario el complejo proceso de ordenación y catalogación de los papeles de Fuster, en el que destaca el papel del archivero Enric Alforja.
“Ha sido un trabajo muy largo de años”, dice Pérez Moragón. “Fuster escribía en unas octavillas desde un aforismo hasta la lista de la compra o una ficha biográfica, todo eso estaba en un desorden absoluto y esas fichas me daban terror; ahora eso también está ordenado”, abunda el comisario.
Coincidiendo con la inauguración de la exposición, la cadena autonómica À Punt estrena el documental L’empremta de Joan Fuster. La “semana grande” de Fuster, según la expresión del secretario autonómico Ximo López, concluye con una gala gratuita este miércoles en el Teatro Principal en homenaje al intelectual de Sueca.