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La Generalitat insta a Benissa a conservar unos grafitis de la Guerra Civil que aparecieron en un calabozo descubierto en unas obras

Redacción

Dénia —

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Abril de 1939. Recién terminada la Guerra Civil con la victoria franquista, el regimiento de las Flechas Negras, una unidad del ejército franquista de carácter mixto compuesta por voluntarios fascistas italianos y soldados españoles, efectúa la ocupación militar de numerosas poblaciones de las dos comarcas de la Marina como La Vila, Altea, Calp o Benissa. Durante los siguientes meses ejercerán también las labores de represión política.

En Benissa, según rememora el historiador Robert Llopis, habilitaron un calabozo para que sus propios soldados cumplieran penas por distintas infracciones de su código militar. En ratos perdidos, los prisioneros, como han hecho tantos otros prisioneros del mundo, se entretienen haciendo grafitis en paredes y puertas, unas veces su propio nombre y sus apellidos al completo, la fecha en la que comenzó su encierro o el tiempo en que estuvieron presos; también estandartes de su propia unidad o de la Falange o una cruz.

83 años después esos dibujos e inscripciones han pervivido. La finalidad ahora es que continúen sobreviviendo “porque dan constancia de un hecho histórico de una gran trascendencia”. agrega Llopis. 

Por ello, la Inspección del Patrimonio Histórico Artístico de la Dirección Territorial de Cultura de Alicante reclama al ejecutivo municipal, gestionado por el PP y Cibe, que en el plazo de 10 días le aporte un informe “donde se dé cuenta de las medidas de salvaguardia implementadas por la Corporación de Benissa en relación con la conservación y protección de los testimonios gráficos de la Guerra Civil encontrados en les Escoles Velles”. 

Cómo surgieron

El Casal Cultural de Benissa recibió a finales del pasado año la noticia de la aparición de esos grafitis durante las obras de remodelación de les Escoles Velles. Se hallaban estampados en las paredes y en las puertas de un pequeño cuarto bajo las escaleras principales de acceso que sirvió como calabozo de las Flechas Negras. No en balde, el regimiento utilizó les Escoles Velles para alojar a los centenares de soldados que componían su tropa, junto a algunas casas particulares para sus oficiales.

Varias razones para una preservación

La citada inspección autonómica cree que existen numerosos motivos para la preservación de las inscripciones: por su propia condición de símbolos de la Guerra Civil se les ha de considerar bienes de relevancia local y por el mismo motivo la Ley de Memoria Democrática de la Generalitat «obliga a los poderes públicos a velar por su integridad y evitar su destrucción». 

Es más, otra ley valenciana, la de Patrimonio Cultural, advierte de que la aparición de unos vestigios de este calibre debían haber motivado por parte del constructor y del técnico director de las obras la suspensión de las actuales obras y a comunicar el hallazgo. Y en este sentido, la conselleria le pega un rapapolvo al Ayuntamiento de Benissa, toda vez que «no consta que este último haya emitido un informe de viabilidad patrimonial de las inscripciones ni tampoco que se hayan suspendido las obras en les Escoles Velles a raíz de ese descubrimiento».

La respuesta municipal 

Por su parte fuentes del gobierno local de Benissa aseveran que de momento no han recibido el requerimiento de la Conselleria, pero que el alcalde, el popular Arturo Poquet, ya dio orden de que las inscripciones sean mantenidas y “respetadas” como aparecieron. En teoría esas paredes iban a enlucirse, pero ya no será así y los grafitis “no sufrirán alteración ninguna”. 

Un regimiento franquista en las fiestas de Benissa

En un artículo sobre la represión política en la guerra y en la posguerra en Benissa, que publicó en la revista Aguaits, el Roberto Llopis relataba cómo el regimiento de las Flechas Negras ocupó esta población la última semana de abril de 1939. Estaba compuesta, según un sacerdote coetáneo, por unos 3.000 efectivos desplegados por Benissa y los pueblos próximos.

La llegada de este regimiento integrado por fascistas italianos y españoles coincidió con la celebración de las fiestas patronales de la Purísima Xiqueta que se celebraban después de tres años de paréntesis por la guerra y que fueron organizadas por la iglesia y las nuevas autoridades “con el fin de afirmar el sentimiento católico y la propia victoria franquista”. Llopis añade que los militares desfilaron en la procesión y los oficiales impulsaron un bautizo masivo de unos 30 niños. 

Una de las labores de las Flechas Negras fue la vigilancia de los presos de Benissa hasta que la unidad militar abandonó el pueblo el 17 de julio de 1939 y fueron sustituidos por los efectivos de Falange Española.