Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV), la empresa pública que gestiona el Metro de Valencia o el tranvía (Tram) de Alicante, ha abierto el plazo de recepción de ofertas para la codenominación de sus estaciones.
La idea no es original. Madrid ya cambió el naming -palabro inglés que define la cesión de un nombre a una marca a cambio de dinero- de su estación de metro más celebre, la de Sol, que ahora se llama Sol Vodafone. La iniciativa causó rechazo en muchos ámbitos: supone una cesión del espacio público a empresas con -seguramente legítimo- ánimo de lucro.
FGV cree que su oferta será bien acogida. Asegura transportar a 66 millones de viajeros al año (59 en Valencia y 7 en Alicante) en 45 municipios, “aspectos interesantes a tener en cuenta por las empresas interesadas”. Con Fabra pidiendo caridad a Mariano Rajoy para sobrevivir a 2014 y la Generalitat en quiebra, cualquier iniciativa es poca para ingresar dinero.
En la Comunidad Valenciana, de momento, no sé es tan ambicioso como en Madrid. “En Alicante son 3.000 euros mensuales lo que nos pagan por un centro comercial que patrocina (una estación), como en Valencia podría ser la parada Colón. Una gran superficie o un centro médico pone su nombre y paga por eso”, explicó en enero Isabel Bonig, la consellera de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente.
Precisamente, las estaciones de Colón y Xàtiva, en Valencia, con 4 millones de pasajeros al año, son las principales candidatas a compartir su nombre. Su valor vendrá determinado por las ofertas que se reciban, si las hay.