Dignificar a las víctimas de la Guerra Civil y la represión franquista es uno de los objetivos de la Conselleria de Memoria Democrática, que ha sufragado numerosas exhumaciones en cementerios valencianos desde el inicio de la legislatura. Hasta el momento, solo los familiares que hubieran podido identificar y comparar sus muestras de ADN con los cuerpos represaliados habían podido realizar un homenaje a los mismos, pero las personas sin identificar debían volver a la tierra pasadas las pruebas.
La conselleria que dirige Rosa Pérez Garijo quiere crear unos espacios para los cuerpos de represaliados que nadie reclama. Memoria Democrática quiere comenzar a instalar una suerte de columbarios para que sus restos descansen y sean recordados en los cementerios municipales donde se realicen exhumaciones. El proyecto se vincula al Banco de ADN, un instituto aún por crear dados los problemas para vincularlo a los laboratorios de la Fundación Fisabio.
La idea, según explica Iñaki Pérez Rico, director general de Memoria Democrática, es aprovechar que el banco guarda la información genética, que permitiría una comparación futura. “Cada cuerpo -los restos- quedaría en esos nichos con su marca de ADN, un espacio donde pudiéramos dignificar su memoria”, expresa el director general. Así, los columbarios quedarían en los cementerios municipales como símbolo de la memoria y “elemento de reflexión” respecto a lo que implica.
Según la Ley de Memoria Democrática valenciana, los restos exhumados que no hayan sido reclamados se tendrán que inhumar al cementerio correspondiente al término municipal en que se encontraron, en línea con el protocolo del Ministerio, que indica que los restos se inhumarán en el cementerio de la población donde se halla la fosa. Aunque el tiempo desde la exhumación hasta la identificación y el fin de los trabajos de ADN suele ser superior a un año, los cuerpos no reclamados retornan a las fosas.
Al proceso hay que añadir otra dificultad: que las muestras genéticas para estos casos requieren de un cuerpo del mismo sexo para compararse, según explica la conselleria. Es decir, que para comparar el ADN de un hombre se requiere el de un hombre de la misma línea descendiente, y para comparar el de una mujer, el de otra mujer en la misma línea de parentesco. Memoria Democrática trabaja con la Universitat de València para poder agilizar estos procesos y avanzar en la investigación que permita mejorar las técnicas de identificación de mujeres.