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La gestión de la DANA y sus mentiras ponen a Mazón contra las cuerdas

El presidente valenciano, Carlos Mazón, tras la reunión del Cecopi del día 30 de octubre.

Sergi Pitarch

València —
8 de noviembre de 2024 22:24 h

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La gestión política de la peor DANA del siglo que golpeó a la Comunitat Valenciana el pasado 29 de octubre ha dejado en la cuerda floja al presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, quien ya está siendo duramente criticado en privado por importantes miembros de su partido. Las mentiras, los cambios de versión y la falta de previsión que banalizó la catástrofe natural y se resistió a lanzar la alerta masiva a los móviles hasta que la riada se había convertido en una trampa mortal para centenares de valencianos han sumido a su gobierno en una profunda crisis, cuando la comunidad todavía trata de salir del caos que ha originado la DANA.

Cada nueva jornada se destapa un nuevo escándalo en el Ejecutivo de Mazón. Si el jueves la consellera responsable de las emergencias, Salomé Pradas, mintió sobre el momento en que se empezó a debatir la necesidad de lanzar la alerta a móviles y dijo desconocer la existencia de este sistema, este viernes se ha conocido por fin qué hizo Mazón durante cinco horas clave el día de la DANA. Una supuesta comida, que en un primer momento la Generalitat dijo que era privada, que luego se convirtió en un “encuentro de trabajo” y que al final resultó ser un almuerzo con la periodista Maribel Vilaplana, expresentadora de la tele pública valenciana en el anterior mandato del PP. La dirección del PP, que ya había tomado distancia, a medida que se conocían algunos detalles de su gestión había dejado claro la víspera que corresponde a Mazón explicar qué hizo el día de la catástrofe. Lo dijo el portavoz parlamentario y mano derecha de Feijóo, Miguel Tellado, con estas palabras: “El que tiene que explicar su agenda es Carlos Mazón”.

Se sabía que mientras decenas de miles de valencianos ya sufrían los efectos devastadores de un temporal que ha acabado con más de dos centenares de muertos, el presidente de la Generalitat continuó con su agenda política sin ninguno de sus actos vinculado a la DANA. Y este viernes se ha conocido que en la jornada más negra que ha vivido Valencia en las últimas décadas, a las 15.00 horas cuando se convocó la ya famosa reunión del Centro de Coordinación Operativa Integrada (Cecopi) para abordar la catástrofe, Carlos Mazón estaba comiendo con la periodista Maribel Vilaplana, según han explicado fuentes de la Generalitat, para ofrecerle la dirección de la televisión pública valenciana À Punt.

Cuando la reunión del dispositivo comenzó, a las 17.00 horas, y ya con municipios valencianos inundados y con las primeras personas desaparecidas, el presidente seguía a la mesa con la periodista en un conocido restaurante de la capital y sin conectarse a la reunión, a la que no llegó de manera presencial hasta las 19:30 horas. Una vez allí, según han contado a elDiario.es fuentes que asistieron a la cita, hubo que parar y poner al presidente al día de toda la información que se estaba barajando. No fue hasta las 20:12 horas que el Centro de Emergencias 112 mandó el mensaje masivo. Decenas de personas habían perdido la vida ya a estas horas.

La comida, primero calificada como privada y posteriormente “de trabajo” amenaza la carrera política del presidente de la Generalitat. A Carlos Mazón ya no lo defiende nadie públicamente. Ni su partido en la Comunitat Valenciana, ni tampoco ante las cámaras la dirección de Alberto Núñez Feijóo, que este viernes tuvo un gesto con él al convocar una reunión por videconferencia con todos los barones autonómicos para tratar de escenificar unidad.

El equipo de Mazón ha mentido y cambiado de versión varias veces sobre la comida. Este periódico ya avanzó el pasado 5 de noviembre que Mazón había estado cinco horas en blanco justo antes de que se desbocase esa lengua de agua que arrasó todo a su paso. Su equipo defendió que desde las 17.00 horas había estado trabajando en el Palau y había sido informado de manera recurrente de lo que acontecía en el Cecopi. Estas declaraciones se han demostrado falsas. Ahora hay evidencias de que se mantuvo en el restaurante junto a la periodista hasta al menos las 18.00 horas.

Desde el equipo de Mazón se escudaron, en un primer momento, en que la cita era de carácter privado. De esa manera evitaban dar explicaciones. Días después, el propio presidente a preguntas de los periodistas a su acceso al edificio del 112 en l'Eliana aseguró que la comida a la que asistió “no era un cumpleaños”, algo que se había empezado a especular en redes. Su equipo aclaró por la tarde que era una comida de “trabajo”, hecho que hacía obligatoria su declaración tal y como establece la legislación valenciana. ¿Es una reunión de trabajo ofrecer un puesto en la dirección de À Punt al que se accede por concurso público? ¿En plena DANA y con cientos de miles de valencianos sufriendo es defendible que un presidente se reúna para ofrecer personalmente un puesto directivo en la televisión pública valenciana?

Pero no es solo esa comida en las horas claves de la DANA la que acorrala a Carlos Mazón. Su gestión durante las primeras horas de la catástrofe y, sobre todo, los retrasos e indecisiones de su equipo han demorado los avisos y también la respuesta del operativo. Fue el mensaje tardío de las 20.12, cuando muchos vecinos ya tenían el agua al cuello o se veían arrastrados dentro de sus coches por la riada, pero también la lentitud del dispositivo en las horas posteriores. Quienes estuvieron en contacto con Mazón en aquellos momentos describen a un presidente noqueado y superado por los acontecimientos, sin un equipo sólido en el que apoyarse. La que debiera ser su mano derecha en la gestión, la consellera de Justicia, Salomé Pradas, también ha mentido en varias de sus intervenciones públicas. La más flagrante, en la que aseguró Pradas que no fue hasta las 20.00 horas del 29 de octubre que un técnico le dijo que cabía la posibilidad de mandar mensajes masivos. Pasadas las 18.00 horas en la reunión del Cecopi, tal y como ha revelado elDiario.es, el presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar, Miguel Polo, ya se debatía sobre la posibilidad de avisar a la población a través de Es-alert.

La misma dirigente tampoco dijo la verdad cuando dijo que el Gobierno central no había ofrecido la presencia de la UME en las zonas afectadas hasta que ya fue demasiado tarde. Un micrófono de TVE había grabado a Salomé Pradas admitiendo que la unidad especializada del Ejército se había puesto a su disposición en la misma mañana, horas antes de la riada mortal.

En esta última semana y media Mazón se ha quedado solo. El cuarto día después de la DANA, el presidente de la Generalitat llegó a encerrarse ocho horas con su equipo en el Centro de Emergencias, paralizando el Cecopi durante ese tiempo. No estaban junto a él ni consellers ni técnicos ni el presidente de la Diputación de Valencia, solo sus tres hombres fuertes: Santiago Lumbreras, José Manuel Cuenda y Cayetano García Ramírez. Tres secretarios autonómicos en el departamento de Presidencia. Junto a estos tres, un asesor externo: Josep Lanuza, quien ha participado en varias reuniones del Cecopi y acompañó a Mazón en su reunión con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, hace un mes en Moncloa.

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