Han pasado tres años desde que el entonces ministro de Fomento del PP, Íñigo de la Serna, presentara un nuevo Plan de Cercanías para la Comunitat Valenciana, tras convertirse en papel mojado el anterior proyecto, presentado en el año 2010, por su antecesor en el cargo, José Blanco (PSOE), junto al expresidente Francisco Camps (PP).
El proyecto, heredado por el actual Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, que dirige el socialista valenciano José Luis Ábalos, incluía 45 actuaciones con una inversión global de 1.436 millones de euros entre el año 2017 y el año 2025, por lo que para su cumplimiento sería necesaria una inversión media anual de 179,5 millones de euros.
Sin embargo, han pasado ya tres años desde que se anunció el plan y los números no son ni mucho menos parecidos. Según un informe de la Cámara de Contratistas de la Comunitat Valenciana elaborado el pasado mes de febrero, hasta esa fecha se habían licitado obras por valor de 100,4 millones de euros, es decir un 8,9% del total.
En concreto, el plan contempla un total de 1.081,82 millones de euros a través de Adif en renovación y modernización de la infraestructura existente, ampliación de capacidad, extensión de la red, nuevas estaciones y otras actuaciones tanto en el núcleo de Valencia-Castellón (958,96 millones) como en el de Alicante (122,86 millones).
Estas actuaciones se completan con las previstas a través de Renfe para llevar a cabo actuaciones en el material rodante, con renovación de trenes, estaciones y mejora de servicios, que suponen una inversión de 354,73 millones de euros, de los que 215,30 millones son para el núcleo de Cercanías Valencia-Castellón y 139,43 millones para el de Alicante.
La diputada y portavoz de Compromís en la Comisión de Obras Públicas, Infraestructuras y Transportes de las Corts Valencianes, Belén Bachero, ya advirtió este martes de que la coalición valencianista supeditará su apoyo a los Presupuestos Generales del Estado (PGE) a que se incremente la inversión en los trenes de la Comunitat Valenciana, de forma que se completen actuaciones previstas en el plan en el año 2025, lo que supondría una inversión anual media de 267,2 millones de euros.
Mientras tanto, las quejas arrecian entre los usuarios, tal y como denuncian desde la plataforma de Indignats amb Renfe: “A los habituales problemas de retrasos y cancelaciones de trenes diarios, se suman la imposibilidad de mantener las distancias de seguridad, sobre todo en horas punta, por la masificación de los trenes”.
Fuentes de Renfe aseguran, sin embargo, que el índice de puntualidad de los Cercanías de València es del 95% y que al año se suprimen unas 350 circulaciones por diferentes motivos (entre un 0,8% y un 1,5% del total de trenes).
Con respecto a las masificaciones, argumentan que según la orden del Gobierno desde junio la capacidad máxima establecida en los trenes, en función del modelo, es de 280 a 330 personas, es decir, todos sentados y dos personas como máximo de pie por cada metro cuadrado. Además, recuerdan que no es obligada la distancia de seguridad de dos metros. En el caso de la red de Cercanías de València, afirman que en estos momentos la ocupación media está entre 180 y 176 personas por unidad y que es obligatorio el uso de mascarilla durante el viaje.
Además, explican que de los 341 trenes en servicio que había a diario en el núcleo de Cercanías de València antes de la pandemia, en estos momentos están circulando 321, pese a que la demanda ha bajado un 40% como consecuencia de la crisis: “Solo faltan 20 trenes de la línea C6 de València a Castellón por las obras del tercer hilo, que se recuperarán a finales de octubre”.