Como si fuera el díscolo vástago de una familia real europea demasiado aficionada a la caza mayor, creo que con su actitud frente a Google News la AEDE se ha pegado un tiro en el pie. Supongo que es uno de los riesgos que corres cuando dejas que un niño juegue con un arma. Lo del vástago y lo de la AEDE. ¿Acaso no ha quedado ya bastante claro a lo largo de los años que, en lo que respecta a los editores de prensa, Internet es esa cosa que les sucede a otros? No hay más que echarle un vistazo a su Web para darse cuenta de ello.
Con una concepción del negocio de la comunicación francamente caduca, para los editores el universo parece girar en una extraña configuración ombligocéntrica en la que lo único realmente importante es seguir encamándose con políticos. A base de sacarlos continuamente en la foto y de decir lo malo que es Pablo Iglesias, consiguen vía directa con el legislador y la utilizan para orientar cánones como el que aprueba la nueva Ley de Propiedad Intelectual.
En enero entra en vigor el nuevo texto legislativo que, entre otras puertas al campo, incluye la obligatoriedad para todos los medios, lo quieran o no, de cobrarle a Google un canon por incluir un extracto de sus noticias en su servicio Google News. La idea no es nueva, ni original de la AEDE. Los alemanes ya lo intentaron hace unos meses y apenas días después del cierre de Google News en Alemania, los editores germanos se retractaron con el rabo entre las piernas.
Porque Google, que para otras cosas es un tiburón implacable, en esto de las noticias siempre se ha mostrado muy digno. Según el gigante tecnológico la información es una necesidad básica fundamental y, por eso, tratan de solventar esa necesidad a través de un agregador que no tiene publicidad, por cierto, y donde únicamente se incluyen los medios que así lo solicitan.
Es un buen producto. Muy bueno, de hecho, dadas las necesidades actuales de información y de consumo de medios. Los usuarios ya no somos tan fieles a cabeceras concretas y sí a temas e intereses concretos. Y navegamos buscando esa información que nos interesa. Google News es un punto de partida excelente para realizar búsquedas sobre determinados asuntos. O sobre áreas geográficas específicas. Por extensión es también un canal inmejorable para que las cabeceras capten tráfico. Sobre todo para las cabeceras pequeñas o altamente especializadas, donde un agregador es el mejor escaparate para un contenido interesante.
Pero lo de la calidad del contenido, igual que lo de la innovación en el consumo de información, parece ser algo que no va ya con determinadas cabeceras y empresas editoriales. Por eso se abaratan costes adelgazando cada vez más las redacciones de periodistas con experiencia mientras se intentan soportar estructuras macrocéfalas con triquiñuelas como estos cánones. Por eso no creo que en España lleguemos a tener nunca medios como The Guardian o The New York Times a cuyos editores, supongo, les parecerá una aberración renunciar al 30% de su tráfico por no aparecer en Google News.