¿Qué hace una hormiga en un sitio como este? Aunque parezca una parodia de la conocida canción, es lo que exclamó el viernes pasado un visitante del Museo Arqueológico Nacional que acudió a ver la Dama de Elche el pasado viernes.
El usuario grabó el insecto correteando por la cabeza del busto íbero, una obra de los siglos V y IV a.C. y emblema de la ciudad ilicitana, y colgó el vídeo en Twitter a modo de denuncia.
En el vídeo no se aprecia el insecto por la excesiva luz de las imágenes, pero se escucha la conversación entre el visitante y la funcionaria, que admite que la hormiga está en el interior del cristal de seguridad. En ese momento, la responsable asegura que se debe tratar de un problema con la instalación de la vitrina. “Por dónde se habrá colado”, se pregunta. “Alguien de mantenimiento o quien sea habrá hecho algo”, sugiere ante las preguntas del visitante.
La obra lleva más de 40 años en el museo en Madrid, con la excusa de que el patrimonio histórico nacional no debería estar disperso. Tanto la Dama de Elche como la Dama de Baza forman parte “del patrimonio público del Estado” y son piezas “simbólicas” que han “trascendido” y “no son de los lugares en donde han aparecido”, explicaba la entonces directora del Museo Arqueológico Nacional, Rubí Sanz, al embalar el busto tras una cesión temporal al Palacio de Altamira de Elche.
Tras su descubrimiento en un campo de L'Alcúdia en 1897 fue vendida a un arqueólogo francés y permaneció en el Louvre hasta la Segunda Guerra Mundial. Dos años después, el Gobierno colaboracionista de Vichy la mandó de vuelta a España a cambio de una obra de Velázquez que se alojaba en el Museo del Prado, y allí permaneció hasta que en 1971 se trasladó al museo que hoy la custodia.
Que la Dama regrese a su ciudad natal ha sido una revindicación desde el día que marchó y que hasta ahora se ha ignorado aduciendo las medidas de seguridad del museo estatal.