Un hotel de lujo que paga 500 euros a sus trabajadoras de la limpieza. Lo que no debería ser ni una excepción conforma la realidad de las camareras de piso en el sector de la hostelería. Es también el caso del hotel Meliá, un establecimiento de cuatro estrellas frente al Palacio de Congresos de Valencia.
Las trabajadoras de la limpieza, después de varios conflictos con la dirección, se han plantado. Y lo han hecho a través del sindicato UGT, que ha convocado una huelga a partir del 20 de abril ante la amenaza de despido de todas las camareras de piso. Según explica el sindicato, el hotel tiene este servicio a través de una subcontrata, la empresa Flexibeos S.L., que también ha intentado mediar con la dirección. El Meliá ha enviado una carta de finalización del contrato que afecta a 38 trabajadoras “para eliminar el riesgo jurídico ante las demandas presentadas por cesión ilegal y aplicación del convenio de hostelería, que a través de UGT se han planteado por parte de las trabajadoras” dice el comunicado de la organización.
UGT presentó varias denuncias ante la inspección de trabajo por incumplimiento del convenio colectivo, entre otras cuestiones. Según los representantes sindicales, el hotel no asume a las camareras de piso como trabajadoras propias y se lava las manos. Las trabajadoras no tienen ningún derecho como tal en este hotel. Según el representante sindical, no se les permite parar a descansar, comer, o utilizar el comedor para empleados del hotel.
Los huéspedes pagan entre 70 y 180 euros por habitación y noche, según la habitación. Las trabajadoras que las limpian cobran 500 euros al mes por jornadas de cinco horas en las que deben limpiar unas 12 habitaciones; 700 euros si la jornada es de ocho horas. Una pareja que se hospedara un fin de semana podría pagar el sueldo mensual de cualquiera de ellas. Según el convenio de hostelería, aplicable cuando la empresa no tiene convenio propio, deberían cobrar 1.175 euros al mes distribuidos en 15 pagas. La mayoría, no llegan ni a la mitad.