Lleva un año y medio en España. Su origen es iraquí, de una ciudad cercana a Mosul, hoy devastada por el Estado Islámico. De allí huyó con su pareja hasta Estambul, donde contactaron con una mafia que prometió llevarlos a Europa. Tras nueve días en un camión, los dejaron en medio de una avenida. Tardaron tres horas en ver una bandera en una comisaría de Policía y comprobar que estaban en España. “Llegamos y nos dijeron: estáis en Europa. Y nos dejaron en una calle grande”, cuenta. Concretamente, se encontraban en Barcelona y en unas horas fueron trasladados a Valencia.
Esta es, de forma muy escueta, la historia de cómo Iesa se vió forzado a huir de la guerra hacia un lugar más seguro. Isha lo ha contado así este martes en el Colegio Rector Peset, donde CEAR (siglas de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado) ha presentado su informe anual, acompañado de testimonios de personas procedentes de Iraq, Libia o Ucrania, entre otros. “La situación no es segura” ha sido la frase más repetida por quienes han querido contar su historia ante el público. Y la crisis humanitaria no parece amainar.
Según los datos de CEAR, 1.367 personas solicitaron asilo en la Comunidad Valenciana, más 167 que internaron en un Centro de Acogida a Refugiados (CAR), gestionado por el Estado. La mayoría, según el informe, proceden de Venezuela y Ucrania en este orden. En el resto de España, la procedencia principal es de Venezuela, Siria, Ucrania y Argelia. Los datos valencianos no son oficiales y han sido encontrados “por otras vías”, según ha explicado el representante de la ONG.
El motivo de que los venezolanos encabecen la lista tiene una explicación. Pese a la “complicada situación política” -así lo ha descrito Jaume Durà, coordinador de la entidad- el Gobierno español no pide visado a las personas procedentes de Venezuela, pero sí lo hace para los solicitantes Sirios. Un claro ejemplo de la “doble moral” del Ejecutivo de Mariano Rajoy, según Durà.
Los coordinadores de CEAR destacan y rechazan que la Unión Europea ya haya anunciado que no cumplirá el acuerdo de acogida y que la cifra de refugiados en España apenas sea del 1% comunitario. Para los representantes, no existe un verdadero compromiso y el acuerdo con Turquía fuerza un mayor número de víctimas durante la travesía, ya que obliga a las personas a huir por rutas más peligrosas, como se ha demostrado con los ahogamientos en el Mediterráneo, que han sido más de 5.000 en solo un año.
En el ámbito valenciano, los coordinadores han señalado fundamentalmente dos aspectos. El primero, que en septiembre tuvieron conocimiento de que dos personas viajaban desde Ghana hasta Castellón como polizones en un barco. Pese a los avisos de CEAR y siempre según sus portavoces, se les denegó acceso a sus abogados y traductores al buque, tras habérselo solicitado varias veces a la Delegación de Gobierno. El segundo, que el CIE (Centro de Internamiento de Extranjeros) de Valencia deniega las segundas solicitudes de asilo, por lo que se plantean medidas legales.
Por último, los representantes de la asociación han destacado la iniciativa València Ciutat Refugi, con una dotación presupuestaria de 200.000 euros para que ACCEM, Cruz Roja y CEAR desarrollaran proyectos de acogida e integración con las personas refugiadas. “Si este tipo de iniciativas que refuerzan los procesos de integración de las personas refugiadas sin generar duplicidades en el sistema de acogida prosperan en otras ciudades, los procesos de inclusión mejorarán de manera sensible y se hará visible el papel fundamental que juegan los municipios y las comunidades autónomas en la vida de estas personas”