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Así se identifican los bebés robados del franquismo: “La secuenciación masiva del ADN discrimina mejor el parentesco”

Lucas Marco

15 de febrero de 2023 22:42 h

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La ciencia forense, además de la movilización de las asociaciones ciudadanas y la implicación de la Generalitat Valenciana, es una de las claves que han permitido identificar a cuatro bebés robados durante el franquismo. El banco autonómico de ADN, que analiza la Fundació per al Foment de la Investigació Sanitària i Biomèdica de la Comunitat Valenciana (Fisabio), utiliza la técnica de la secuenciación masiva tanto en los casos de bebés robados como en el de los restos de las fosas comunes del franquismo.

Llúcia Martínez, responsable del servicio de secuenciación de Fisabio, celebra que los resultados hayan permitido identificar a dos parejas de hermanos, además del conocimiento científico que aporta la experiencia. “Después de poder ayudar a la gente que busca a sus familiares en las fosas, el poder identificar a estos bebés robados da una satisfacción personal y de equipo por las cosas bien hechas”, declara a elDiario.es. La investigadora matiza que se trata de resultados provisionales ya que están pendientes nuevos análisis para los informes definitivos.

El hallazgo de las dos parejas de hermanos, anunciada por la consellera de Participación, Transparencia, Cooperación y Calidad Democrática, Rosa Pérez Garijo, apunta a que fueron robados durante el franquismo, aunque no han trascendido más datos sobre el origen del hurto, un fenómeno que se prolongó desde la dictadura hasta bien entrada la democracia.

La intención del departamento de Calidad Democrática de la Generalitat Valenciana es aportar el informe definitivo a la Fiscalía: “Estos hechos abren la puerta a que se pueda investigar y no se puede alegar la prescripción de los hechos, entiendo que es un delito continuado”, ha dicho Pérez Garijo, que reclama al Ejecutivo central la creación de un banco estatal de ADN de bebés robados.

De momento, el equipo de Fisabio ha analizado 134 muestras genéticas (aunque cuentan con un total de 231) aportadas por personas que sospechan que fueron bebés robados, a través de las asociaciones que batallan por identificar casos.

ADN “intacto y en buenas condiciones”

A diferencia de los huesos hallados en las fosas comunes de la represión franquista, el análisis genético en el caso de los bebés robados es “más sencillo” porque las muestras “son frescas”, explica Martínez, que agrega: “El principal problema con las fosas es que los huesos están muy degradados”.

Por el contrario, con los bebés robados se trata de un ADN “intacto y en buenas condiciones”. “Todos los marcadores genéticos dan una buena señal para poder ser analizados”.

Sin embargo, no todo es tan sencillo. Los familiares que buscan los restos de sus seres queridos en las fosas saben a ciencia cierta qué parentesco mantenían pero “aquí tienen sospechas”. El banco de ADN autonómico, promovido por la Generalitat Valenciana, es una suerte de base de datos que han aportado las asociaciones de bebés robados. “Tienes que encontrar relaciones entre todos ellos y eso, a nivel estadístico, es mucho más complicado”, apunta la investigadora. 

Así, las pesquisas se complican con el reto de “encontrar una relación entre un número de personas que no sabes a priori qué relación tienen, sólo sabes que sospechan que han sido robados”. Llúcia Martínez destaca la importancia de incorporar la mayor cantidad de muestras para poder alcanzar más “identificaciones válidas”.

Además, reconoce la investigadora, los bebés robados mantienen “más desconfianza hacia las instituciones” que las asociaciones de familiares de víctimas de las fosas del franquismo. “Realmente creo que han sido más olvidados, a nivel estatal hay un olvido continuado”, dice la responsable del servicio de secuenciación de Fisabio. “Las instituciones les fallaron”, lamenta.

Para la identificación de posibles casos, el equipo de Fisabio utiliza la técnica de la secuenciación masiva del ADN, igual que con los restos óseos de las fosas comunes. Consiste en “secuenciar genomas o partes del genoma”.

“En este caso la diferencia es que las técnicas de genética forense clásicas analizan regiones variables del genoma que se llaman poliformismos y que difieren entre una persona y otra, estas regiones son más parecidas entre tus familiares y tú que en el resto de la población”, explica Martínez. 

El equipo de Fisabio analiza “muchas más de estas regiones” y la potencia de la técnica permite analizar “cuatro veces más regiones”. “Podemos discriminar con más precisión el parentesco entre dos personas”, apostilla.

La investigadora también aclara que, en el caso de los bebés robados, “en aquellas muestras que daban resultado positivo de parentesco o probabilidad alta, hemos analizado el ADN mitocrondial, que se hereda en lineas materna”. “Todas aquellas personas que comparten una linea materna tienen el mismo, entonces es ideal para corroborar un resultado positivo”, concluye la investigadora. 

“Sólo nos quedan las pruebas de ADN”

Sin embargo, antes de que las muestras lleguen al laboratorio de Fisabio, el papel protagonista lo asumen las asociaciones que buscan identificar bebés robados. Lluna García, presidenta de la Asociación SOS Bebés Robados de la Comunitat Valenciana, asegura que en la entidad están “excepcional y tremendamente agradecidos” tras el hallazgo.

“Han hecho mil veces más con este banco de ADN que lo que ha hecho en más de diez años la Fiscalía”, asegura Lluna García. La presidenta de la asociación lamenta la “falta de interés y de colaboración de la justicia y de las instituciones sanitarias” con la que han chocado las víctimas. “No se nos facilita la documentación porque dicen que no estaña, que no la encuentran o cualquier otra excusa suficiente para cerrar los casos”, agrega.

Con la vía judicial descartada, “sólo nos queda recurrir a las pruebas de ADN”, asegura Lluna García.