La primera tienda de Ikea en la Comunitat Valenciana funciona desde el martes. Inaugurada con éxito de público –gracias, además de a su tirón, al ofrecimiento de dinero en forma de vales para los más madrugadores- y la presencia del presidente de la Generalitat, su arranque va acompañado de polémica. La multinacional sueca quiere abrir los domingos en contra de la opinión del Ayuntamiento de Alfafar.
Para ello, ha presentado un recurso ante la Conselleria de Economía, que ha dado un plazo de 10 días a las partes –Ikea y el ayuntamiento- para que expongan sus posturas, ahora totalmente enfrentadas. La tienda quiere abrir los domingos para aumentar su facturación. El ayuntamiento, por el contrario, cree que la medida no está justificada: no crea empleo y tiene en contra a sindicatos y pequeños comerciantes.
Actualmente, todos los comercios pueden abrir los 10 domingos al año que establece el Observatorio del Comercio Valenciano, un órgano con participación de la Generalitat, los comerciantes y los consumidores. Además, las tiendas, si lo desean, pueden abrir más domingos en aquellas zonas declaradas de afluencia turística en base a la legislación estatal y tras petición previa de los ayuntamientos que cumplan determinados requisitos, por ejemplo, en número de plazas hoteleras.
El Ayuntamiento de Alfafar iba a solicitar ser zona de afluencia turística, pero finalmente reculó. La oposición social, la guerra soterrada con Ikea por la contratación de menos personas del municipio de las previstas y el varapalo al PP –partido en el gobierno- en las elecciones Europeas, pesaron en la decisión.
Ikea, sin embargo, no se resigna a no abrir los domingos, de ahí su recurso ante la Generalitat. Alberto Fabra, que no ha cumplido aún su promesa de liberalizar los horarios comerciales, tiene ahora la pelota en su tejado. O contenta a la multinacional –que tiene avanzado un proyecto para abrir en Alicante en 2015- o se enfrenta al PP de Alfafar.