El 19 de mayo de 1.986 se firmó el convenio mediante el cual el Ayuntamiento pactó con el puerto de València su ampliación sur, lo que condenó a la destrucción a las playas de Natzaret y la Punta y generó además la regresión de las de Pinedo y el Saler, al sur del litoral.
Así lo ha recordado el portavoz de la asociación de vecinos de Natzaret, Julio Moltó, quien recuerda que la entidad vecinal fue la única que se movilizó en contra de esta ampliación: “se aprobó dicho convenio con muchas prisas, pues estaba a punto de salir a la luz el Real Decreto Legislativo 1302/1986 de 28 de Junio de Evaluación de impacto medioambiental, que presumiblemente hubiera puesto algún impedimento a una actuación tan agresiva”.
Ricard Pérez Casado, alcalde socialista entonces, reconoció el pasado mes de febrero, en el marco de las jornadas 'Nuevos Viejos Puertos', que fue un error ampliar el puerto de Valencia por el sur y hacer desaparecer la playa de Nazaret, y que la ampliación se tenía que haber hecho en Sagunto que está tan solo a 15 millas náuticas de València.
“La sensibilidad medioambiental la teníamos, pero no en los términos que estemos viendo a la altura del siglo XXI. Cada vez que hacemos una cosa pensamos en qué repercusiones, qué sostenibilidad tendrá y qué retornos tendrá para la colectividad. Y en ese sentido hay una espina clavada que es el acceso sur y el desahucio real de un barrio que era Natzaret”, dijo Casado en las mencionadas jornadas.
33 años después de aquel convenio, la asociación de vecinos recuerda que hay muchos aspectos del mismo que no se han cumplido. Según Moltó, “en su artículo 3 decía que el núcleo urbano de Natzaret debe ser protegido ambiental y efectivamente de su proximidad al puerto y al futuro desarrollo del mismo; pero ninguna de las medidas para compensar al barrio el siglo pasado se han cumplido adecuadamente”.
Así, detalla que “el final del cauce histórico del Túria sigue contaminado treinta y tres años después y la salida al mar oculta bajo una indigna rotonda. Tan solo hay algún tímido avance con la biorremediación y una solicitud al Banco Europeo de Inversiones para financiar parcialmente obras de saneamiento destinadas a evitar que los vertidos sigan ensuciando el rio”.
Además, afirma que “el verde se quita de Marazul y se pone en el Parque de Desembocadura, pero reservándose el puerto una parcela edificable en su interior que desvirtúa toda la zona verde”.
Moltó explica que “los 40. 000 metros cudrados de playa que logramos salvar y convertirlo en el parque de Marazul, una vez caducada la concesión de 25 años, han sido recuperados por el puerto. Ahora ese verde se reubica en el solar de la antigua fábrica de aceite una vez desaparecida por la lucha vecinal encabezada por la asociación de vecinos”.
Según el portavoz vecinal, “el Parque de Desembocadura comienza a dar sus primeros pasos, pero el puerto quiere construir dentro de la zona verde cuatro edificios de 5 y 7 alturas con sus correspondientes aparcamientos, en la esquina de la calle de Castell de Pop con Jesús Nazareno”.
Por este motivo, “la asociación de vecinos de Natzaret presentará alegaciones al Plan Especial de la zona sur 1 Puerto-Natzaret Este para que el puerto renuncie a dichas construcciones, reduzca la edificabilidad y la traslade a otra ubicación más respetuosa con el barrio”.
Además, reivindican un parque con desembocadura y sin la contaminación de los humos de los camiones y de los barcos que nos llegan desde el muelle del Túria y de los que se construyeron sobre la playa de Natzaret y la Punta.
“Reparar el daño causado por la pérdida de la playa, del rio y de la relación con el mar pasa también por ceder la propiedad del Parque al Ayuntamiento, recuperar la desembocadura del Túria, descontaminar el cauce y evitar riesgos de inundación que se agravarán con el cambio climático”, reivindica Moltó, quien finaliza con el lema de la entidad vecinal: “El Llit del Tùria es nostre, i el volem net, verd i obert al mar! (”¡El Cauce del Túria es nuestro y lo queremos limpio, verde y abierto al mar!“).