La injerencia política del PP en el valenciano, tras la estela del LAPAO aragonés

La lengua es una materia que debería ser tratada por lingüistas, a no ser que sea el catalán fuera de Catalunya, donde el PP tiene que hacer injerencias políticas en lo que deberían ser cuestiones académicas. El último caso ha sido en el valenciano, modo en el que se llama la lengua hablada en el País Valenciano y que en otros lugares llaman catalan, definición que se recoge en el Diccionari normatiu valencià de la AVL (Acadèmia Valenciana de la Llengua) y por las que el PP y la Generalitat se han rasgado las vestiduras.

Este reconocimiento unitario de la lengua acorde con los criterios de la comunidad científica y filológica internacional no gusta en el PP y ha politizado el diccionario (confeccionado a lo largo de los últimos 12 años), por ello ha llevando esta definicion al Consell Juridic Consultiu (CJC), órgano máximo de consulta legal de la Generalitat, para que en 10 días dictamine si la definición se “acomoda” al artículo 6.1 del Estatut de Autonomia que define el valenciano como la lengua propia de los valencianos. No contento con ello la consellera de Cultura, María José Catalá (quien en un mitin del PP calificó de “defecto” que su lengua materna fuera el valenciano), ha enviado un escrito presionando al presidente de la AVL en el que pide un mayor “consenso” en la definición de valenciano; aunque cabe recordar que el Diccionari fue aprobado con sólo 2 votos en contra de los 20 académicos que la integran.

Hay que añadir también que la AVL, institución académica creada en 1998 durante la primera legislatura de gobierno en la Generalitat del PP, tiene como peculiaridad que sus miembros están elegidos por las Corts Valencianes a propuesta de los partidos políticos. Esta politización de nacimiento tiene como caso paradigmático a la primera presidenta de la academia, Ascensión Figueres, que ejerció el cargo desde la creación de la institución en 1998 hasta 2011, cuando dejó el cargo para poder presentarse en las listas del PP para el Congreso de los Diputados.

Pero esta injerencia política del PP en el catalán fuera del territorio de Catalunya recientemente también ha tenido su capítulo en Aragón, donde mediante la Ley de lenguas de Aragón la cual, (con el apoyo del Partido Aragonés Regionalista) el catalán se rebautizó con un nombre definido por un acrónimo: el LAPAO (Lengua Aragonesa Propia del Área Oriental). Esta ley ha sido recurrida ante el Tribunal Constitucional siendo calificada de “disparate”.

En las Illes Balears el PP lo tiene mas complicado ya que el Estatut marca en su artículo 4 que “la lengua catalana, propia de las Illes Balears, tendrá, junto con la castellana, el carácter de idioma oficial”. No obstante el presidente balear, el ‘popular’ José Ramón Bauzá, ha mostrado comportamientos similares al de Aragón y el País Valenciano afirmando que “tenemos nuestras modalidades lingüísticas y se ha tenido obcecación por favorecer el catalán, pero el estatuto tiene más artículos y uno de ellos dice que se potenciarán las modalidades lingüísticas propias”.