Si bien desde Compromís y haciendo balance estamos muy satisfechos de lo que han supuesto para avanzar en el camino de la sostenibilidad ambiental el primero y segundo Acords del Botànic -y lo dice un fundador de VerdsEquo-, no podemos quedar impasibles ante ciertas inercias que si no corregimos nos arrastrarán hacia situaciones y actuaciones injustificables e insostenibles.
La satisfacción de ver cómo el Gobierno Valenciano declara la Emergencia Climática y asume hace pocas semanas una batería de compromisos que reforzarán y acelerarán el cambio de rumbo iniciado en la anterior legislatura, se ve truncada ante errores heredados aún corregibles.
En el día en el que la juventud de todo el planeta convoca una huelga mundial en defensa del derecho a su futuro, nos encontramos con dos hechos más que lamentables, dos grandes errores que nos pasarán factura: el desalojo del Forn de la Barraca para ampliar la V-21 destruyendo 60.000 m2 de huerta muy valiosa y el pistoletazo de salida de la aberrante ampliación del Puerto de Valencia cuyas consecuencias ambientales son imprevisibles, al menos de momento.
Son dos muestras de que no todo el Consell Valenciano que acaba de declarar la Emergencia Climática en nuestro territorio está dispuesto a cumplir los compromisos que dicha declaración conlleva. Porque estas dos obras, además de afectar gravemente al territorio por tener un elevado impacto ambiental, favorecen el modelo que la declaración de la Emergencia Climática quiere combatir.
No compartiendo en absoluto la necesidad de ampliar la V-21, que no existe pues seguirán produciéndose retenciones como ha pasado en tantos casos similares a éste, el alcalde de Valencia Joan Ribó y desde el grupo parlamentario de Compromís proponíamos una solución alternativa que reducía un 60 % la huerta afectada y eliminaba el tercer carril de salida que afecta al Forn de la Barraca. Desestimada. Mientras, el ferrocarril Castellón-Sagunto-Valencia que es la alternativa al coche es más lento que hace 40 años, sigue sin inversiones pues se las lleva un AVE carísimo y lento. Lamentable e insostenible.
El Consejo de Administración del Puerto de Valencia pretende hoy mismo avanzar en la adjudicación del proyecto de ampliación del puerto, sin esperar a recibir la respuesta del Ministerio de Transición Ecológica a la petición de elaborar una nueva Declaración de Impacto Ambiental (DIA) realizada por la consellera de Transición Ecológica y Emergencia Climática de la Generalitat Valenciana Mireia Mollá. Recordar que la actual DIA es de 2007, que se han producido cambios sustanciales en el proyecto inicial y que informes municipales aconsejan su revisión. Pero la Autoridad Portuaria está por encima de los gobiernos local y autonómico, en aras de un “interés general” más que discutible. La realidad es que si se materializa ese proyecto y el acceso norte por carretera como quieren algunos será imposible cumplir con los requisitos recientemente adquiridos por el gobierno valenciano con la declaración de emergencia climática.
El Ministro de Fomento, el valenciano Ábalos, tiene la última palabra en ambos temas.
Es el momento de demostrar, con hechos, que todas las organizaciones de este segundo Botànic tienen la voluntad que se cumplan los compromisos recientemente adquiridos con la declaración de Emergencia Climática. Cumplámoslos.
Juan Ponce es militante de Verds-Equo y portavoz adjunto de Compromís en las Corts Valencianes