El pasado 30 de julio nacía en el hospital de Dénia Lennon, el tercer hijo de María José Torres y Brenda Kelleher. Desde entonces muchas han sido las peripecias de la pareja para intentar inscribir al niño como hijo de ambas. Sin embargo, hasta el momento no han tenido éxito y Lennon sólo ha podido ser inscrito como hijo de Brenda, por lo que sólo posee la nacionalidad de su madre gestante, la irlandesa Esto que dificulta trámites tan importantes como la adjudicación de pediatra.
Como explica María José, al contrario que sucedió con sus dos hijos mayores -Sion y Naira, de siete años de edad, que fueron inscritos directamente y sin problemas en el ayuntamiento de Atzeneta del Maestrat (Castellón), localidad en la que residían-, les fue imposible inscribir al recién nacido como hijo de ambas, primero de forma telemática en el mismo hospital, después en su ayuntamiento (Benidoleig, Alicante) y, finalmente, de forma presencial en el registro civil de Dénia. La razón, debían demostrar que el embarazo de Brenda se había producido por reproducción asistida.
La decisión del Registro civil de Dénia se basa en una interpretación sobre la presunta exigencia legal del artículo 7.3 de la Ley de Reproducción Asistida que extiende al supuesto contemplado en el artículo 44.5 de la Ley de Registro Civil. El artículo 44.5 de la Ley 20/2011 del Registro Civil establece que “también constará como filiación matrimonial cuando la madre estuviere casada, y no separada legalmente o de hecho, con otra mujer y esta última manifestara que consiente en que se determine a su favor la filiación respecto al hijo nacido de su cónyuge”. Este artículo 44 fue introducido en la Ley del Registro Civil por la Ley 19/2015, y está en vigor desde el pasado 15 de octubre de 2015. “No menciona en ningún momento las técnicas de reproducción asistida ni la obligación de su acreditación”, apunta María José, quien se muestra indignada ante la discriminación a la que son sometidas, “a un hombre que va a inscribir a su hijo no se le pide que acredite ser el padre del niño”.
Brenda y María José han recurrido la decisión del juez del Registro Civil de Dénia y han iniciado una campaña de recogida de firmas en la plataforma change.org, en la que ya han conseguido más de 100.000 apoyos. No obstante, Lennon tuvo que ser inscrito en un nuevo libro de familia con su madre biológica -“tenemos un libro de familia en el que estamos cuatro y otro en el que sólo están Brenda y Lennon, como si fuera madre soltera cuando no lo es”- y, por lo tanto, no tiene la nacionalidad española sino la irlandesa, “lo que supone que el niño, habiendo nacido en España y con una de sus madres española, tiene pasaporte irlandés y no tiene derecho a NIE ni SIP definitiva, sino una provisional que caduca en 15 días”.
Brenda inscribió en el registro a Lennon como madre aunque no estaba de acuerdo con este trámite, “tenía que hacer una declaración jurada asegurando que era la única madre, lo que le suponía un dilema moral”.
El caso, que ha llegado a Bruselas de la mano de Esquerra Unida y que está siendo defendido también por la Federación Española LGTB, que defiendie una propuesta de ley por la Igualdad para que se deje de pedir este papel a la hora de inscribir a los hijos en el registro civil, de forma que el proceso de filiación sea igual en el caso de parejas heterosexuales u homosexuales, provoca en la pareja “sentimientos encontrados, con altibajos. Ha sido muy chulo sentir el respaldo de tanta gente, entre ellos nuestros vecinos del pueblo, que se han volcado con nosotros, pero es frustrante toparte con determinadas decisiones de algunas personas y una burocracia que te impide hacer algo que hace apenas siete años pudimos hacer sin ningún problema”.
“Hay momentos de mucha desesperación, porque no entiendes que este bebé no pueda tener los mismos derechos que otros, que esté desprotegido”, apunta María José, quien recuerda que su intención es viajar a Irlanda como español el próximo verano a que lo conozca la familia de Brenda, “pero ni tiene DNI ni pasaporte español, estamos atrapados en un laberinto burocrático”. La pareja, que contrajo matrimonio en 2007, mantiene su intención de luchar para revertir esta injusticia, “me dijeron que podía empezar un proceso de adopción pero eso sería aceptar una situación falsa, porque Lennon es hijo de las dos, de Brenda y mío”, sostiene María José.
Como explica, se dan paradojas como que, “si el día de mañana pasa una desgracia y desaparece Brenda, sus hermanos y yo no seríamos nada legalmente para Lennon”, y lamenta quie aunque el proceso es largo y costoso van a seguir hasta las últimas consecuencias, “pensaba que los derechos en España estaban más garantizados de lo que lo están”. Por ello, si finalmente no logran nada en el ámbito administrativo, tienen muy claro que recurrirán a la vía penal, “estamos esperanzados a pesar de la situación de desamparo en la que nos encontramos, es injusto porque se produce una gran desigualdad”, concluye María José.