Una denuncia de una pareja homosexual por una brutal paliza en Santa Pola ha evidenciado las diferencias de criterio que existen entre el cuerpo policial y el Observatorio Valenciano contra la LGBTBIfobia a la hora de valorar el posible componente homófobo.
Esta última organización, encargada entre otras cuestiones de asesorar legalmente a las víctimas de delitos de odio por orientación sexual, ha revelado recientemente “la agresión homófoba” que sufrieron dos hombres en un pub de la urbanización Gran Alacant de la villa marinera en la madrugada del pasado 24 de marzo.
En la denuncia, a la que ha tenido acceso este medio, las dos víctimas afirman en sendos testimonios que fueron agredidas por un tercero después de que uno de ellos desvelara, con una apuesta de por medio, que estaba casado con el otro, todos de origen británico.
A continuación el supuesto agresor comenzó a golpear a uno de ellos después de lanzar contra el suelo a otro, propinándole puñetazos en la cara y golpes en la cabeza con un palo de billar, dejándole inconsciente y siendo posteriormente asistido por los servicios sanitarios que lo trasladaron al Hospital Universitario de Elche. El hombre refiere fracturas en huesos de la cara y el cráneo.
Preguntada a la Guardia Civil, niegan la mayor. “Tenemos constancia de un delito de lesiones durante una pelea, no un delito de odio ya que las víctimas no hicieron constar que el origen de la pelea fuera por cuestiones de orientación sexual”, aseguran estas fuentes.
Sin embargo, el Observatorio Valenciano contra la LGBTBIfobia se muestra contundente. “Son los jueces los que deben determinar el tipo delictivo”, asegura su director Toño Abad, “mientras que la Guardia Civil y la Policía deberían de limitarse a recoger el atestado de manera fiel”, añade.
Cuenta Abad visiblemente molesto que desde el Observatorio, con sede en Alicante, están detectando “esta problemática” con los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado. “He leído la denuncia y lo que se especifica es que hubo comentarios en relación a la orientación sexual de la víctima”, asevera tras aclarar, como recoge el informe policial, que fueron asistidos por un traductor.
“La pregunta que me hago es ¿por qué la Policía y la Guardia Civil se empeñan de manera contumaz en negar estas agresiones de tinte homófobo?”, apunta Abad. A su juicio no sabría decir el motivo pero cree que al final las víctimas que se atrevan a testificar están supeditas a la profesionalidad del funcionario público “que les toque”.
“Además, recuerdo que el delito de odio es mayor que el de lesiones que asegura la Guardia Civil”, concluye.
El último informe Raxen de 2018 sitúa a la Comunidad Valenciana a la cabeza en delitos de odio en España con 107 casos -de los 602 analizados- relacionados con la homofobia, racismo, xenofobia, antisemitismo, islamofobia o antigitanismo, entre otros.