Este fin de semana llega por primera vez al Circuito Café Teatro Valencia, el cómico Miguel Ángel Marín. Desde Barcelona, llega con su monólogo 'Crisistiendo'. Humor fresco con sus características especiales: el humor absurdo, natural y cercano al público. Además, el viernes 28 a las 19 horas presentará un trozo de su espectáculo, junto con otros artistas del Circuito. Bocabeats y Diego Varea y Simó Martí. Es con entrada libre.
Con la siguiente entrevista, hemos podido conocer un poco más a este gran profesional de la comedia.
Los que se dedican a hacer humor son atraídos a este mundo impulsados siempre por emociones adictivas y pasionales. Cuéntanos tus inicios, y cómo has llegado hasta donde estás ahora, y no nos digas que caminando.
Comencé en el año 2002. Soy de un municipio muy pequeño, pero con mucha actividad cultural. Se propuso hacer una noche de comedia y como entonces apenas había monologuistas, nos propusieron hacer alguno de Buena Fuente y representarlo. Yo me animé a escribir algo propio y el resultado fue estar 45 minutos sobre el escenario. El único monologuista contratado, le gustó, y me animó a comenzar en este mundillo.
En poco, presenté mi primer texto en Café teatro Llantiol (sitio de referencia de Barcelona). Lo aceptaron y comencé a trabajar.
Pero el hecho más importante fue que comencé a actuar en un local llamado 9Serlons. La gente comenzó a seguirme y me quedé de residente, con dos pases semanales durante 10 años. Aún sigo haciendo pases en ese local, no con esa regularidad, porque me debo a mis compromisos por el circuito profesional. Se interesaron por mí agentes de artistas y propios compañeros de la comedia. Así que comencé a actuar en salas y teatros profesionales de todo el país, y llegando a “Las noches del club de la comedia”.
¿Compatibilizas tu vida de humorista con alguna otra actividad?
Indirectamente si, porque la necesidad de los locales para programar artistas, me animó a crear una programadora de eventos de comedia. Así que también gestiono, junto a otros compañeros, una programadora llamada MELANCÓMICOS.
¿Qué te ha llevado a actuar dentro del Circuito Café Teatro?
LLevo muchos años trabajando por Valencia, cierto es que me siento como en casa cuando actúo para el público valenciano. Conozco prácticamente a todos los compañeros de oficio de aquí. Así que es un placer participar en el Circuito de Café Teatro, porque es la excusa perfecta para volver. Y además, poder ver a mis compañeros.
Haz una autocrítica. ¿Qué destacarías y qué mejorarías del monologuista Miguel Ángel Marín?
¿Estamos locos? ¿Una autocrítica? ¡Eso está prohibidísimo en un monologuista! Es difícil destacar algo a mejorar, porque en esto de la comedia, cualquier cosa que te parezca un defecto, por esas cosas de la vida, es lo que, precísamente, le gusta al público. Así que cuando el público se aclare, yo comenzaré a reconocer mis errores, je, je, je, je, je...
¿Cómo se te presenta tu recorrido dentro del Circuito para esta temporada? ¿Estás motivado?
En esta profesión, la motivación viene de serie. El que no sienta pasión por lo que hace, esta jodido. Bueno, siempre le quedará la opción de de hacerse político.
Y ahora nuestra sección… ¡Cotilleos de Humor! Dinos tu juego favorito de pequeño, y/o de grande.
De pequeño me encantaba jugar a juegos de mesa, tipo Risk. De mayor los juegos que me gustan son los que se catalogan con rombos.
Si fueras a salir en una película reversionada, ¿Qué personaje de qué película te gustaría ser?
Estuve haciendo 10 años teatro, hicimos una obra llamada “Roberto Zucco” de Bernad-Marie Koltès. Un asesino en serie de extraña personalidad. Me encantaría volver a interpretarlo, pero en versión cinematográfica.
Cuéntanos dónde estuviste en tus últimas vacaciones soñadas.
El sitio es lo de menos. Mis vacaciones soñadas son estar a gusto con la gente que quiero. Pero si puede ser en Japón, pues tampoco vamos a decir que no.
¿Alguna anécdota divertida que te haya sucedido en alguna actuación?
Muchas, pero ninguna se puede contar, jeje. Una vez, estaba actuando en una fiesta de un barrio. En medio de la carretera estaba el escenario. Yo supuse que la carretera estaba cortada para el festejo. Y en plena actuación, noto que el público me hace ademanes. Yo no los escuchaba bien, pero parecía que sus gestos querían darme a entender que me apartara. Yo no entendía nada, y cuando me giré, había un autobús de línea, a menos de 30 centímetros de mí, que quería pasar. Bajé del escenario, unos chicos retiraron el escenario, mientras el público separaba las silla, como Moisés separó los mares. El autobús pasó, se volvió a colocar todo y continué el espectáculo. Resulta que no tenían permiso del Ayuntamiento y la carretera tenía circulación normal. Para fliparlo!!!!