Aquest blog, que coordina Josep Sorribes, respon a una iniciativa de l'associació Malalts de ciutat, amb la intenció d'aportar idees i reflexions al debat multidisciplinar sobre les ciutats del nostre temps, començant per València.
Sin archivo, sin historia
Hace mucho tiempo, en un reino lejano dicen que dicen que había una ciudad que en una mañana de agosto tuvo un problema: olvidó su propia historia. Sus gentes se levantaron y no recordaban nada, de donde venían y de donde habían surgido sus antepasados… en definitiva, lo habían olvidado todo. Los sabios del lugar preocupados, acudieron a las fuentes, a los archivos, esperando encontrar allí las respuestas a sus preguntas de la memoria, pero los hallaron vacíos, saqueados y, en algunos casos, destrozados ¿Cómo era posible? Solo el más viejo del lugar tuvo la respuesta certera: si tal vez hubiéramos guardado ordenado y facilitado el acceso a nuestras huellas hoy tendríamos más respuestas que preguntas. El desastre y el drama se apoderó de aquellas gentes y marcharon a otras ciudades dejando a la ciudad sin historia, abandonada en las calurosas mañanas de agosto.
El ejemplo de aquella ciudad no está muy alejado de la situación que con “su historia” se encuentra el Cap i Casal tras ya más de un año del “gobierno del cambio”. Aunque se han impulsado buenas y correctas políticas de memoria e historia, se han hecho congresos y reuniones científicas como el II Congreso de Historia de la Ciudad de Valencia,o los 7 volúmenes de la meritoria revista Historia de la Ciudad dirigida por Francisco Tabernersigue siendo necesario un proyecto marco que englobe y fije en unos ejes concretos:
- Tal vez urge un plan de acción con el Archivo Histórico Municipal de Valencia, en forma de libro blanco, que responda a las cuestiones: ¿Qué contiene este archivo? ¿Qué hacer para ponerlo en valor? Tras su traslado e inauguración en su actual emplazamiento en la Plaza de Tetuán, en 2003, el archivo se ha ido convirtiendo en un completo almacén de documentación desordenada y deslavazada -como las casi 3.000 cajas del fondo DAS, documentos archivados por secciones- que, con listados precarios, disuade al visitante y al investigador.
- ¿Para cuándo una web propia que recoja los catálogos de documentación del archivo municipal? ¿Habrá que esperar mucho para ver digitalizados mapas, documentos y fotografías que constituyen el patrimonio documental de la ciudad?.
- ¿Qué fondos contienen las bibliotecas históricas municipales como la Serrano Morales? ¿Para cuándo su digitalización?
- Ha quedado muy atrás y se pierde en la memoria la posibilidad de que el archivo municipal se nutra con investigadores e investigadoras que puedan ayudar en la catalogación y digitalización del archivo -con sueldo y seguridad social, claro está-. Hace muchos años, el ayuntamiento ofrecía unas becas que hoy han desaparecido. El personal municipal presente realiza una labor ímproba, insuficiente, en muchas ocasiones, para mantener en condiciones de accesibilidad el archivo. Sin más personal y mayor impulso, el archivo está condenado a una desaparición progresiva.
- Pero todo esto no solo tiene sentido por su documentación, necesita de investigaciones de calidad. Las gentes del lugar apenas recuerdan ya el premio de investigación histórica “Senyera” que el Ayuntamiento de Valencia eliminó hace unos años y del cual se beneficiaron decenas de investigadores hace décadas ¿Por qué no restaurarlo dotándolo de nuevo valor económico y social?
- ¿Y la difusión? ¿Para cuándo un servicio de publicaciones municipal claro y con una política editorial concreta?
Desde Malalts de Ciutat no pedimos tanto si decimos que sin un archivo en mejores condiciones que las actuales y mayores investigaciones históricas sobre la ciudad, Valencia puede tener el mismo destino que aquella ciudad lejana que vio perder su memoria en un caluroso agosto, cuando todos estaban ya “a otra cosa”. Debemos dar paso, por tanto, a la documentación histórica, rica y valiosa. Seguro que nos ayudará a recordar y resolver cuestiones para saber un poco más. “Tot està per fer” o eso dicen.
Hace mucho tiempo, en un reino lejano dicen que dicen que había una ciudad que en una mañana de agosto tuvo un problema: olvidó su propia historia. Sus gentes se levantaron y no recordaban nada, de donde venían y de donde habían surgido sus antepasados… en definitiva, lo habían olvidado todo. Los sabios del lugar preocupados, acudieron a las fuentes, a los archivos, esperando encontrar allí las respuestas a sus preguntas de la memoria, pero los hallaron vacíos, saqueados y, en algunos casos, destrozados ¿Cómo era posible? Solo el más viejo del lugar tuvo la respuesta certera: si tal vez hubiéramos guardado ordenado y facilitado el acceso a nuestras huellas hoy tendríamos más respuestas que preguntas. El desastre y el drama se apoderó de aquellas gentes y marcharon a otras ciudades dejando a la ciudad sin historia, abandonada en las calurosas mañanas de agosto.
El ejemplo de aquella ciudad no está muy alejado de la situación que con “su historia” se encuentra el Cap i Casal tras ya más de un año del “gobierno del cambio”. Aunque se han impulsado buenas y correctas políticas de memoria e historia, se han hecho congresos y reuniones científicas como el II Congreso de Historia de la Ciudad de Valencia,o los 7 volúmenes de la meritoria revista Historia de la Ciudad dirigida por Francisco Tabernersigue siendo necesario un proyecto marco que englobe y fije en unos ejes concretos: