Jeffrey St Clair y Joshua Frank, estudiosos norteamericanos, han explicado cómo el miedo al futuro, que el propio gobierno estadounidense de Bush había estimulado como un medio para conseguir la confianza del público, acabó engendrando una mentalidad paranoica en una población de “populistas suburbanos”. Estos “populistas suburbanos”, que eran en su mayoría “blancos, infelices y de edad madura”, deseaban ver que Estados Unidos volvía a una edad feliz imaginada que ellos identificaban con la de Reagan. De esta manera, en lugar de condenar a los empresarios que reducían el trabajo o a los banqueros depredadores, “dirigían su impulso de venganza contra los inmigrantes y los negros, los trabajadores públicos y los maestros, los científicos y los homosexuales”. Todo esto, de donde bebe el Tea Party, puede ser definido como una especie de Populismo 'trash'.
Pues bien, sin temor a equivocarnos, podemos afirmar que los alegres muchachos del PP, han intentado importar a nuestro país ese 'Populismo trash' o 'Populismo basura'. Lo que ocurre es que hasta el momento han tenido mucho menos éxito que sus homólogos norteamericanos. Así, el PP, con el fin de hacer olvidar o minimizar sus tremendos hachazos a nuestro Estado de Bienestar, reformas laborales que sólo han engendrado pavor, paro y subempleo, una política económica nefasta que se refleja en los millones de parados que tenemos, una altanería y soberbia que ha perseguido y persigue cercenar nuestros derechos sociales y libertades, ha intentado diversas vías de ese 'Populismo Trash' que hemos mencionado. Y uno de esas vías ha consistido en los ataques sistemáticos a los profesores, a los docentes españoles. La reciente campaña lanzada por el señor José Antonio Marina, siguiendo los parámetros que marcó Bush jr con su tristemente famoso “No childleftbehind”, pueden enmarcarse ahí. Y es que lo que Marina viene a decir, secundado ruidosamente por Méndez de Vigo y todo el PP, es que los profesores españoles, y no los hachazos que el partido del señor Rajoy han propinado a nuestro Sistema Educativo, son sobre los que debe el populacho debe dirigir su ira. No vale la pena ni siquiera insistir en que la campaña de Bush jr, y que cuenta con una creciente oposición en su país, se ha terminado traduciendo en una falta de financiación brutal de las escuelas de los barrios pobres, en una creciente divergencia y desigualdad educativa en Estados Unidos y en una privatización prácticamente ya irreversible de sus sistema educativo, con el cierre de escuelas públicas y su sustitución por centros concertados. Ni siquiera vale la pena señalar que según diversos estudios, como por ejemplo los de Pau Marí Klose, la culpa de nuestra mediocre clasificación en PISA proviene de un retraso educativo brutal. Tampoco es el momento de recordar en este sentido que hace apenas 50 años la escolarización obligatoria acababa a los 12 años y que sólo estudiaba el bachillerato un 6% del alumnado de un sistema brutalmente elitista y que eso todavía lo estamos pagando. Eso el PP y Marina lo saben. Y les da igual.
Lo que está haciendo Marina y el PP al demonizar a los profesores no es nuevo. Así ya Aguirre lanzó campañas furibundas contra el profesorado español. Así, desde la Conselleria de la señora Catalá se pudo ver en la anterior legislatura acusaciones brutales contra el profesorado valenciano, como aquella campaña que indicaba falsamente que el 27% de los docentes valencianos estaban de baja médica, cuando la realidad era muy otra y se centraba en que el colectivo docente era el que menos bajas médicas acumulaba por trabajador de toda la función pública. Estas campañas han fracasado sin embargo hasta el momento. Así, según diversos estudios, mientras políticos, banqueros y grandes empresarios están a la cola en prestigio social, los científicos, médicos y profesores están en cabeza. Y esto dice mucho y bueno de la sociedad española en general y de la valenciana en particular. Es por ello por lo que la nueva campaña de 'Populismo trash' del PP, que se une a sus murgas del mismo estilo en otros ámbitos, seguramente esté abocada al fracaso. Esperemos que sea así.