Diez años después, la Marina de Valencia dejará de perder dinero. El Consorcio Valencia 2007, que gestiona el espacio desde la celebración de la 32 Copa América en Valencia, prevé dejar de tener pérdidas antes de terminar este año.
Así lo ha explicado el alcalde de València, Joan Ribó, acompañado del director del consorcio, Vicent Llorens, en una rueda de prensa para dar a conocer el balance económico del espacio deportivo y de ocio. En un año, según los datos del Ayuntamiento, el resultado de explotación (Ebitda) ha pasado de 1'6 millones de euros negativos a 196.000 euros, negativos también, en abril de 2017. La previsión de la entidad es llegar a cero antes de que acabe el año; es decir, no tener pérdidas.
Según ha explicado el alcalde, los gastos del consorcio se han estabilizado en torno a los 5'9 millones de euros y los ingresos han aumentado un 35% este año. Además, según Llorens, gestor del ente, en los meses de otoño hay una serie de eventos previstos que, aunque no ha concretado, supondrán unos ingresos en torno a los 200.000 euros.
Pese al resultado del que ambos se han mostrado satisfechos, el Consorcio está lastrado por la deuda de la Copa del América. Desde el año de celebración de la regata, la entidad arrastra una deuda de más de 400 millones de euros, de los cuales 320 se deben saldar con el ICO (Instituto de Crédito Oficial), una deuda inasumible para la administración pública valenciana. “Es nuestra espada de Damocles”, han repetido los dirigentes en varias ocasiones.
Según han explicado ambos, la próxima semana, cuando el Gobierno regrese de vacaciones, insistirán a los responsables del Ministerio de Fomento para que se celebre la reunión prevista para julio en la que abordar los temas económicos del recinto. Además, la administración local insiste en que el Consorcio debe ser autónomo y que “no tiene sentido” pagar cada año dos millones de euros en tasas al Puerto de Valencia -que depende de Fomento- por la cesión de los terrenos. Sin esa cantidad, aseguran, el balance hubiera sido postivo. “Si no cambia la gestión de la Marina, su futuro no es potente”, lamentaba Llorens, que consideraría “una desgracia no llegar a un acuerdo para hacer la Marina más social, un espacio de la ciudad”.
El director del Consorcio ha señalado, aunque sin demasiado detalle, ya que los acuerdos están por cerrar, que el espacio tiene una serie de proyectos a punto de comenzar, como la edificación de una parcela colindante para convertirla en un varadero y construir un centro de coworking de grandes magnitudes. Ambos espacios supondrían, como mínimo, 1'2 millones de euros de ingresos para la Marina.