Me consta que hay quién duda de la utilidad, no ya del voto en sí como concepto generalista, sino del voto el próximo 10 de noviembre.
Más allá de la frustración que ha supuesto ganar de forma clara y contundente unas elecciones y tener que mantener la maquinaria del gobierno al ralentí -en funciones-, no debemos caer en la trampa de quienes pretenden alzarse con la victoria electoral a base de desmoralizar al oponente. Y la situación sociopolítica actual ayuda al desánimo, lo reconozco, pero no me resigno.
Tenemos por delante tres semanas apasionantes en las que debemos hacerle ver a la ciudadanía que, si importante fue su voto el pasado 28 de abril, ahora la responsabilidad de ejercerlo se ha tornado fundamental.
¿Por qué volvemos a las urnas?
¿Por qué no hemos podido aglutinar el apoyo imprescindible para conformar un gobierno estable?
Cada uno de ustedes tendrá su propia versión, yo la mía, y desde el respeto aún a sabiendas que muchas de sus opiniones serán diametralmente opuestas a la mía, quisiera aparcar reproches y reparto de culpas para esbozar el futuro de un país que comienza el mismo día de las elecciones.
¿Recuerda usted qué pasó el 1 de junio de 2018?
¿Recuerda qué propició la caída del gobierno de Mariano Rajoy?
¿Recuerda qué medidas se aprobaron por parte del Gobierno de Pedro Sánchez?
Fíjense que no voy a entrar en las acusaciones de algunos partidos respecto a que el PSOE había pactado con los independentistas, porque cuando estos votaron en contra de los presupuestos presentados por el Gobierno quedaron demostradas las injurias, roto el relato de la derecha española y constatado que todo el arco parlamentario secundó la moción de censura por la sentencia del Supremo que ratificaba que el PP estableció “desde su fundación una estructura de contabilidad y financiamiento ilegal, que estableció un sistema genuino y efectivo de corrupción institucional, y que Rajoy lo sabía y mintió¨. O lo que es lo mismo, los representantes de la mayoría de los partidos políticos votaron contra el PP por ser un partido corrupto. PP votó en contra lógicamente, pero Ciudadanos también.
¿Recuerdan cómo se desarrolló a partir de ese momento la vida política en este país?
¿Recuerdan qué son los ¨viernes sociales¨?
¿Recuerdan los permisos de paternidad, las ayudas a parados de larga duración a mayores de 52 años, el incremento del salario mínimo interprofesional a 900 euros, la subida de las pensiones en relación al IPC anual, la lucha obstinada contra la violencia de género, la ampliación de la sanidad universal a todas aquellas personas que el PP dejó fuera, la dotación para la ley de dependencia, las becas para universitarios, ....?
Pues hagan memoria. En apenas 10 meses el Gobierno socialista liderado por Pedro Sánchez consolidó los avances en el Estado del Bienestar que los gobiernos de Rajoy nos negaba.
Y aquí va la pregunta, clara y rotunda: ¿Para qué votar el 10N?
Y la respuesta: para con un mayor respaldo seguir avanzando; para aprobar por fin una ley para la muerte digna; para poder apoyar a esa mayoría que somos los trabajadores en su día a día; para que ninguna persona quede al margen del progreso; para que los viernes sigan siendo sociales.
Y para que ese PP que sigue dirigido por los que protagonizaron la corrupción no forme gobierno. Para que no volvamos a las dos Españas, la de los trabajadores y la de los poderosos. Porque si el 28 de abril el peligro era la entrada de la ultraderecha ahora es una realidad, están aquí, sentados en los órganos de representación institucional. Y visto está que ni PP ni Ciudadanos tienen ningún pudor para pactar con ellos y plasmar el retroceso de esta sociedad.
No he consultado los históricos, pero la concienciación política de la sociedad el pasado 28 de abril movilizó a la ciudadanía con tantos por cien similares a los primeros años de la democracia. Entonces nuestros mayores votaban para afianzar su libertad y progresar en derechos, en abril nosotros lo hicimos para evitar el retroceso y seguir avanzando al ritmo de los principales país europeos. Ahora toca volver a ejercer, reivindicar la necesidad de conformar un gobierno que ponga al servicio de la ciudadanía las herramientas necesarias para que cada uno de nosotros pueda desarrollar su proyecto de vida, un gobierno que resuelva problemas en vez de crearlos, un gobierno firme y estable que nos sitúe al nivel que este gran país necesita.
Ese es el objetivo del PSOE . No contamos con el apoyo de los grandes grupos empresariales y/o mediáticos, contamos con el más preciado apoyo que la democracia otorga, el voto de la ciudadanía. Con su voto.
El 10N miles de hombres y mujeres estaremos en los colegios electorales esperando su visita, su voto por correo, esperando que ejerza su derecho a decidir qué gobierno quiere, qué futuro quiere para usted y su país.
No me valen las excusas, me valen los votos.
Mercedes Caballero es secretaria general del PSPV-PSOE de la provincia de València y diputada en las Corts Valencianes