Si con el PP el vehículo motorizado era quien reinaba en Valencia, para el tripartito de izquierdas -integrado por Compromís, PSPV-PSOE y València en Comú- el peatón, la bicicleta y el transporte público -por este orden de importancia- se convierten en los grandes protagonistas de la movilidad. La ampliación de la limitación de la velocidad en el centro, la extensión del carril bici, la peatonalización del entorno de la Lonja y el 'volantazo' impulsado en la EMT son prueba de ese cambio. Y para ello se han basado en las experiencias de Copenhague o en de Vitoria, caso de la bici y del autobús respectivamente.
Aplicando la fórmula de basarse en modelos de otras ciudades para adaptarlo a las necesidades de Valencia, el concejal de Movilidad Sostenible, Giuseppe Grezzi (Compromís), se inspira en lo llevado a cabo en Pontevedra para peatonalizar la plaza del Ayuntamiento. Y por eso, este martes Grezzi y el vicepresidente de la Diputación de Pontevedra, Cesar Mosquera (BNG), han paseado por el entorno de la Lonja para intercambiar impresiones sobre las actuaciones tanto en Valencia como en la ciudad gallega. “Es un modelo interesante. En especial, en la peatonalización de la plaza del Ayuntamiento”, ha afirmado Grezzi.
Mosquera ha expresado que desde que se implantó hace seis años y medio “se ha reducido un 80% el tráfico. Pontevedra ha pasado de tener 30.000 coches al día en el centro a solo 1.000”. “La plaza del Ayuntamiento desde que se peatonalizó es un lugar para que los niños jueguen sin riesgo de coches”. De hecho, Pontevedra se integra en la red de ciudades para niños, una iniciativa impulsada por ciudades italianas, y a la que se sumará Valencia. “Peatonalizar y adecuar la congestión del tráfico es beneficiosa para el espacio público. Por ejemplo, los niños pueden jugar libremente en estos espacios sin el peligro del coche. Y con eso, la calidad de vida de los padres y de los niños aumenta”, ha asegurado Mosquera.
Premiado por la agencia de la ONU Hábitat, Pontevedra es un referente europeo. Gracias a la políticas que priorizan el peatón, la bicicleta y el transporte público frente al vehículo motorizado se ha recuperado un 30% de población en la ciudad, por el aumento de la calidad de vida. El establecimiento de una velocidad máxima de 30 kilómetros por hora en toda la ciudad -una limitación aplicada en el centro por Grezzi y que quiere extender a zonas puntuales en los barrios- y la restricción al tráfico de muchas zonas del centro han convertido a la ciudad gallega en la punta de lanza de las ciudades sostenibles.
Los resultados, según la agencia de la ONU, son prometedores. Más de las dos terceras partes de los desplazamientos se realizan a pie o en bicicleta, los niños y niñas acuden al colegio caminando en su gran mayoría y han desaparecido las barreras físicas para sillas de ruedas y carros infantiles. “Los pasos de peatones se han elevado a la altura de las aceras para priorizar al peatón y se ha eliminado la ORA para pacificar mejor el tránsito y evitar una mayor circulación en el centro”, ha presumido Mosquera. Grezzi ya tiene otro espejo en el que mirar sus políticas de movilidad.