Una copa de piedra ágata cornalina, de siete centímetros de altura y 9,5 de diámetro, ha reunido a dos personalidades públicas diametralmente opuestas en el terreno ideológico: el arzobispo Antonio Cañizares, ultraconservador, y la líder de Compromís Mónica Oltra, ecofeminista. La vicepresidenta del Gobierno valenciano y consellera de Igualdad y Políticas Inclusivas ha participado este miércoles en el III Encuentro Diocesano Fe-Cultura, un acto sobre el Santo Cáliz presidido por el cardenal Antonio Cañizares, arzobispo y gran canciller de la Universidad Católica de Valencia.
El encuentro se ha iniciado con la exposición de una réplica del cáliz cedida por la Basílica de la Virgen de Valencia. Cañizares ha agradecido la presencia de Oltra y ha señalado que el cáliz representa el “encuentro de fe y cultura, no materialmente sino lo que significa que ha dado lugar a una nueva cultura donde el hombre respeta su dignidad y es amado”. “Los cristianos queremos aportar a esta cultura en colaboración y ayuda mutua para construir una ciudad nueva y cada día más acomodada a la grandeza del hombre”, ha dicho el arzobispo.
Oltra ha iniciado su intervención con una “confesión” y una “profesión de fe”. La líder de Compromís ha confesado su satisfacción por la invitación a un encuentro de un ámbito “aparentemente tan alejado” de sus actividades cotidianas y ha reivindicado una “fe inquebrantable en el diálogo, el intercambio de opiniones y el acuerdo como elementos imprescindibles para la convivencia y la paz social”.
El acto, organizado por la vicaría de Cultura y Relaciones Institucionales de la Archidiócesis de Valencia, la Cátedra Fides et Ratio y Cátedra de Teología de la Caridad Santo Tomás de Villanueva de la Universidad Católica de Valencia, ha versado sobre el Santo Cáliz que se venera en la catedral de Valencia desde el siglo XV. El objeto lleva 105 años expuesto al público en una capilla donde puede contemplarse su copa palestina de ágata en la parte superior, datada en el siglo I antes de Cristo, y que, según la tradición, fue la utilizada por Jesús en la Última Cena.
La vicepresidenta de la Generalitat Valenciana ha advertido que el Santo Cáliz “no es una copa”, además también constituye un “signo de identidad del pueblo valenciano”. “Resulta muy valioso encontrar un elemento de cohesión popular que, al margen del sentimiento religioso o de la fe, está basado en un símbolo representativo del amor universal”, ha abundado Oltra, quien ha recordado que se trata del objeto valenciano más representativo desde el Renacimiento.
El icono, “además de hermanarnos”, también vincula a los valencianos “con otros pueblos de la Corona de Aragón”, ha dicho. Oltra ha destacado que la puerta del cardenal siempre está abierta, tal como afirmó en el primer encuentro diocesano hace dos años. “Lo he podido comprobar estos años”, ha dicho la vicepresidenta del Consell.
Oltra también ha elogiado el trabajo de atención a los colectivos desfavorecidos “inspirado en una fe que bebe directamente del Cáliz”. “Precisamente hoy tengo la oportunidad de dar las gracias a todas las personas que, movidas por esta fe, dedican su esfuerzo diario a hacerse presentes en la sociedad para trabajar por un mundo mejor”, ha agregado. Oltra también ha aludido a Sor Isabel de Villena y su aportación de la visión femenina de la vida de Jesús para recordar la historia de las mujeres en el ámbito de los cuidados, “especialmente importantes este último año” de pandemia.