“Mueren más personas en el mundo por suicidio que por guerras”, ha afirmado esta mañana la catedrática en Psicopatología de la Universitat de València Rosa Baños. Lo ha hecho durante las jornadas de apertura del Diploma en Trastornos de la Personalidad de la Universitat de València, que codirige junto a la profesora y coordinadora de la Unidad de Trastornos de la Personalidad PREVI, Verónica Guillén. Las jornadas, celebradas en la Fundación ADEIT, se han centrado en el tema del suicidio, que se ha convertido en una “epidemia” a nivel mundial, tal y como han apuntado los especialistas participantes en las sesiones.
Cada año se suicidan casi un millón de personas, lo que supone una muerte cada 40 segundos, según datos de la Organización Mundial de la Salud. Además, en los últimos 45 años, las tasas de suicidio han aumentado en un 60% a nivel mundial y se ha convertido en una de las tres primeras causas de defunción entre las personas de entre 15 y 44 años y en la segunda en el grupo de 10 a 24 años, según datos de la OMS. De hecho, son los adolescentes, así como las personas mayores de 65 años, los perfiles de mayor riesgo junto con aquellas personas que están solas o han sido diagnosticadas de una enfermedad grave.
El suicidio se puede prevenir
Sin embargo, muchas de esas muertes se pueden prevenir, ha asegurado la catedrática Rosa Baños. Para ello, ha reivindicado la puesta en marcha de muchos más recursos dirigidos a la prevención del suicidio. “La mayor parte de personas no quieren matarse, sino dejar de sufrir”, ha afirmado Rosa Baños. Perciben el suicidio como la única forma de acabar con su sufrimiento. Por este motivo –ha subrayado la catedrática de la Universitat de València– es tan importante trasladar la idea de que hay salida, de que hay tratamientos efectivos para hacer frente al suicidio.
La detección y tratamiento tempranos están en la base de la prevención del suicidio, según los especialistas. Sin embargo, para la catedrática de la Universitat de València, Rosa Baños, el sistema de atención primaria no está suficientemente preparado para la detección de estos casos, que requieren una respuesta ágil y rápida.
En este sentido, la catedrática de la Universitat de València ha puesto el acento en la necesidad de hablar del problema. “Una de las primeras cosas que hay que hacer es hablar del suicidio; normalmente las personas sí quieren hablar de ello, pero existe aún un estigma alrededor del suicidio, que hasta hace poco incluso estaba penado”, explica.
Una comunicación menos sensacionalista
Rosa Baños ha reivindicado la necesidad de poner en marcha campañas similares a las llevadas a cabo con otras problemáticas como la violencia de género o el abuso a mujeres, en las que se ponga el acento en la prevención y en que existen tratamientos eficaces.
Asimismo, ha apuntado al importante papel que juegan los medios de comunicación en esta materia, que tradicionalmente han tratado como tabú este tema o han realizado, en su opinión, un enfoque incorrecto del mismo. “Hay que huir de lo escabroso y del sensacionalismo; hay que evitar centrarse en cómo se produjo el suicidio para reforzar otras cuestiones, especialmente, que se puede prevenir y cómo hacerlo, es decir, los mecanismos de ayuda que existen para salir de esta situación”, ha explicado la codirectora del Diploma en Trastornos de la Personalidad de la Universitat de València. “Hay que comunicar, sí, pero en positivo”, ha concluido.
El suicidio es cosa de todos, ha afirmado Rosa Baños. No sólo profesionales de la medicina y la psicología, también de la Justica, de los medios de comunicación y de la política, ha apuntado Rosa Baños. “Es problema que nos afecta a todos y al que todos debemos dar respuesta para su prevención”, ha señalado.
Las jornadas, centradas en la terapia dialéctico comportamental, han contado con la participación de especialistas internacionales en el ámbito de la prevención y abordaje del suicidio como el psiquiatra y psicoterapeuta Pablo Gagliesi, presidente de la Asociación Lationamericana de Terapia Dialéctica Comportamental y uno de los máximos representantes de la DBT en países de habla hispana; el psiquiatra y psicoterapeuta Demián Rodante, jefe de Sección de Psiquiatría del Servicio Magnan; y la profesora de la Universidad Jaume I de Castellón y presidenta de la Asociación Española de DBT (SPAIN-DBT), Azucena García.