A menudo sucede que en las páginas de Economía aparecen actos, foros o reuniones de empresarios para señalar un aspecto concreto. Aniversarios de empresas, jornadas temáticas, eventos organizados por un mismo foro para debatir y analizar la situación... Estos espacios suelen convertirse en un baile de corbatas y americanas, de exhibición de músculo económico, de airear cuentas de resultados y beneficios; una muestra de poder. Y en esa representación gráfica del poder, en la instantánea que queda de estos actos, apenas hay mujeres.
En el último año han adquirido mayor presencia los actos de empresarios y agentes económicos que reivindican un aumento de la inversión en infraestructuras que no pasen necesariamente por Madrid. En el ámbito valenciano, las principales han sido la del Corredor Mediterráneo y la del eje ferroviario entre Sagunt y Zaragoza, que une con el Cantábrico. En julio, el president de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, se reunió con su homólogo aragonés, Javier Lambán, para presionar a Fomento. Tras la reunión y posterior rueda de prensa, los dirigentes posaron con representantes de la patronal que acudieron a Teruel al encuentro. El resultado, bajo estas líneas: cuatro mujeres.
La historia se repite en los actos del Corredor Mediterráneo, posiblemente la infraestructura que más consenso reúne en las comunidades del Este peninsular. La reivindicación histórica ha tomado fuerza durante los últimos años, con actos prácticamente cada mes para exigir su construcción definitiva. El más importante se celebró en Barcelona en septiembre, con más de 1.500 empresarios reunidos en el Palacio de Congresos. Acudieron destacados empresarios y representantes de la sociedad civil: patronales, cámaras de comercio, sindicatos, universidades, deportistas y multitud de organizaciones cívicas.
¿Hubo mujeres? Hubo mujeres. Pero no fueron un grupo considerable entre los 1.500 asistentes, como se aprecia en las imágenes. Entre el mar de corbatas, la organización destacó la siguiente presencia femenina: Suzanne Czech, directora general de la European Retail Round Table; Inés Juste, delegada del grupo químico y farmacéutico Juste; Carmen Planas (CAEB-Balears), Araceli Císcar (DACSA), Teresa García Milà (UPF), Mar Martínez-Cosentino (Cosentino), Lola Guillamón (presidenta de la Cámara de Comercio de Castellón). Como se observa en la instantánea que encabeza este texto, no eran mayoría.
La misma tónica se sirve en el Congreso de la Empresa Familiar, que se promociona como el evento empresarial más importante de España y uno de los más destacados del mundo. En España hay cerca de 1,1 millones de sociedades de este tipo, según el instituto que impulsa el encuentro, y suponen más del 80% del total. Su XXI edición se celebró en Valencia con una importante presencia política, con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; el presidente del PP, Pablo Casado y el rey Felipe VI. El acto, patrocinado por KPMG y Banco Santander, reunió a 700 empresarios.
El lema elegido del último año fue “Comprometidos con el futuro” y la charla con más repercusión la impartió Juan Roig, presidente de Mercadona, sobre el “orgullo de ser empresario”. En el programa del congreso, disponible en su página web, solo aparecían tres nombres de mujeres, en la misma mesa redonda. Bajo el rótulo “Emprender desde la Empresa Familiar” se agruparon Gloria Fluxá, vicepresidenta ejecutiva de Grupo Iberostar, Yolanda Tomás, consejera delegada de Istobal, y Mireia Torres, directora de Innovación y Conocimiento de Miguel Torres, para contar sus experiencias. En la fotografía de la inauguración, sobre estas líneas, de las dos mujeres que aparecen una es la ministra de industria, Reyes Maroto.
Otro evento que figura en la agenda de los empresarios es Forinvest. El mayor espacio de networking financiero y empresarial del país aglutina cada año en Valencia en sus jornadas a decenas de expertos sobre el mundo financiero. Miles de personas acuden a informarse sobre en qué invertir su capital o cómo optimizarlo. Las cifras de la organización hablan de 7.000 asistentes en la XI edición, celebrada en el recinto Feria Valencia.
Para 20 actos, entre conferencias y mesas redondas, con 38 participantes, contaron con nueve mujeres, que repitieron intervención en el caso de las representantes políticas: Amalia Blanco, directora general de Comunicación y Relaciones Externas de Bankia; Nuria Bustamante, directora de Economía Española y Análisis Sectorial de Bankia; Cristina Alemany, directora general de la SGR; Teresa Bretón, gerente de AXIS; Celia Pérez Beato, socia de Nazca; la escritora y filósofa, Elsa Punset; la secretaria de Estado de Economía y Apoyo a la Empresa, Irene Garrido; la secretaria autonómica de Hacienda, Clara Ferrando y la secretaria autonómica de Modelo Económico, Maria José Mira.
¿Acaso no hay mujeres empresarias?
Según la Asociación Española de Mujeres Empresarias de Madrid (ASEME), en 2017 había 650.000 mujeres empresarias y emprendedoras (autónomas), la mayoría entre 25 y 35 años. La misma organización asegura que hay dos mujeres emprendedoras por cada tres hombres y que la brecha se ha ido reduciendo en la última década.
En el ámbito valenciano, las mujeres empresarias que trabajan por visibilizar su trabajo se agrupan en EVAP (Asociación de Empresarias y Profesionales de Valencia). Más de 300 se agrupan en esta asociación profesional, fundada en 2002. La agrupación, con Eva Blasco al frente, pretende ser un lobby de presión femenino, con la finalidad de hacer visible a la mujer dentro del mundo empresarial, participar en los ámbitos de decisión y mostrar a la sociedad las desigualdades existentes.
“Insistimos en cuestiones como aparecer en los paneles de las jornadas” explica Blasco, que señala entre las estrategias de la asociación “cambiar la foto”. El trabajo, considera la empresaria, es complicado, ya que la cúpula empresarial es algo reticente. No obstante, aplaude que las patronales valencianas (AVE y CEV) han comenzado a tener sensibilidad con la presencia femenina.
“Aquí las mujeres no estamos por cuotas o por moda, estamos por méritos”, explica la dirigente de la asociación, que cree que deben hacer un esfuerzo por “visibilizarlas” para que les den la oportunidad de demostrar sus capacidades. “No es una tarea fácil y construimos desde la base, la casa por los cimientos”, sentencia.