La Conselleria de Justicia ha publicado la memoria de los festejos de 'bous al carrer' correspondiente al año 2022 en el territorio valenciano, el ejercicio más trágico en lo que a muertes se refiere. Nueve personas fallecieron el año pasado a consecuencia de las heridas ocasionadas por los astados, lo que supone el récord absoluto de los últimos años, con dos muertes más que en 2015, el siguiente ejercicio más trágico. Desde 2005 han muerto por los 'bous al carrer' en los municipios valencianos 55 personas, 34 de ellas entre 2014 y 2022, y eso teniendo en cuenta que la actividad bajó considerablemente en 2020 y 2021 a causa de la pandemia.
Además, en 2022 se han contabilizado 984 personas que resultaron heridas de diversa consideración, y todo ello en el año en el que menos localidades (obviamente, dejando fuera de la estadística los dos ejercicios marcados por las restricciones de la COVID-19) han organizado festejos taurinos: 259, sobre todo, en las provincias de València y Castellón. Desde 2014, alrededor de 6.400 personas han sufrido algún percance que ha requerido de atención médica en los diferentes actos taurinos celebrados en la Comunitat Valenciana, con 2014 (1.278 heridos) y 2017 (1.012) como años con más siniestros.
Según los datos publicados por la Conselleria de Justicia, ha habido actos taurinos en diez municipios menos que en 2019, año previo a la crisis del coronavirus; siete menos que en 2010, en plena crisis inmobiliaria, y el año con menor número de pueblos y ciudades que organizaron 'bous al carrer'; y 31 menos que en 2008, el ejercicio con más localidades con toros en la calle de la serie histórica.
A pesar de que en 2022 descendió el número de municipios que han organizado este tipo de festejos, si vemos el histórico de días en los que ha habido 'bous al carrer' en tierras valencianas podemos comprobar que hay un notable incremento respecto a los dos años previos a la pandemia. El pasado año fueron 2.461 días (sumando todos los días de cada municipio) con actos taurinos, 57 más que en 2019 y 212 más que en 2018. Esto indica que, aunque hubo menos localidades que realizaron 'bous al carrer', algunos de estos pueblos o ciudades programaron más días de 'festejos'. Esta estadística se ve reflejada en el histórico de actos, con un total de 8.702, cifra ligeramente superior a las de los ejercicios previos a la pandemia. La mayoría de estos actos se corresponden a la suelta de vaquillas, bou de corro y toro embolado.
Sin nuevas medidas de seguridad
A pesar de estas preocupantes cifras de fallecidos y heridos, el Gobierno valenciano ha sido incapaz de implementar nuevas medidas de seguridad que atajen la elevada siniestralidad y la sangría de víctimas mortales del pasado ejercicio -en apenas dos meses, julio y agosto, murieron siete personas a consecuencia de las heridas causadas en diferentes cogidas-.
Desde la Conselleria de Justicia, que el pasado verano convocó de manera extraordinaria la Comisión Consultiva de Festejos Taurinos Tradicionales ('Bous al Carrer') de la Comunitat Valenciana, no se han adoptado medidas extraordinarias, más allá de pedir “prudencia” a la hora de participar en este tipo de actos, hacer un llamamiento a extremar la vigilancia para evitar la participación de menores -sin ir más lejos, el pasado verano un niño de 12 años resultó corneado y dos menores de 10 participaron en el embolado de un toro- y reforzar la formación de las peñas y los organizadores.
José María Ángel, secretario autonómico de Seguridad y Emergencias, apuntaba hace unos meses que el reglamento actual “ya es duro y hay que cumplirlo”, al tiempo que recordaba que la participación en estos actos es voluntaria y que el riesgo cero “no existe”, al tiempo que puntualizaba: “Hemos detectado que, de alguna forma, hay quien le ha perdido el miedo al toro”.