La Junta Directiva del PP de la provincia de Valencia ha acordado este viernes nombrar secretario general provincial a Vicente Ferrer, exdiputado popular en el Congreso, que asume un cargo que llevaba vacante seis meses y que ahora ocupa “la persona más adecuada por experiencia y conocimiento del partido”.
Ferrer fue doblemente condenado por conducir ebrio en Valencia en 2012. Primero, por un juzgado ordinario, al que ocultó su condición de diputado y por tanto aforado: únicamente el Tribunal Supremo puede juzgar a los miembros del Congreso de los Diputados. Más tarde, enmendado el error, por el alto tribunal, que le retiró el carné durante ocho meses y le impuso una multa de 720 euros.
“Me reuní con unos amigos de la Universidad a comer una paella y ya se sabe lo que pasa: empezamos a la una y acabamos a las ocho y tomé la decisión errónea de coger el coche”, dijo Ferrer entonces, que también se disculpó: “Fue un error torpe, muy torpe”. Su nombramiento ha causado sorpresa. Es un veterano que no encarnaría la refundación que, se piensa en partes del partido, ahora mismo se necesita.
El presidente provincial del PP, Vicente Betoret ha explicado que en la junta directiva se ha hablado “de lo que ha sucedido esta semana” en el marco de la Operación Taula contra la corrupción y se ha acordado “una reestructuración del grupo de la Diputación, porque es donde empezó la semana”.
Se ha acordado que haya dos personas de apoyo a la portavoz 'popular' en la corporación, Mari Carmen Contelles, que serán Enrique Ortiz, que se ocupará de la secretaría general del grupo, y Javier Berasaluce como encargado de la información, argumentarios o discursos.
Preguntado sobre si se ha ratificado el cese de Juan José Medina y Emilio Llopis --detenidos en la operación-- como vicepresidentes del partido a nivel provincial, ha explicado que no es necesario dado que ya cesaron automáticamente tras ser arrestados y decidir el Comité de Derechos y Garantías del PP que fueran apartados de sus cargos orgánicos.
Asimismo, Betoret ha ordenado iniciar una ronda de contactos con los presidentes comarcales para hablar “cara a cara” con los afiliados de los municipios y “empezar a incorporar gente nueva y empezar con una refundación del partido”.
En este sentido, ha matizado que no se trata de refundar el partido con siglas nuevas, porque el PP “tiene la mejor gente y las siglas son un valor importante ahora, a pesar de las circunstancias”, sino que el objetivo es “reinventarnos con lo mejor que tenemos: la gente de base”.
Sin prisas para la gestora
La Junta también ha servido para dar cuenta del hecho de que, tras las detenciones e investigaciones de la Operación Taula, se ha disuelto la dirección del partido en la ciudad de Valencia y se va a nombrar una gestora, una cuestión de la que ha dicho no saber “absolutamente nada más” ya que se trata de algo que habrá que “hablar con Génova” y con los afiliados de la ciudad de Valencia, que son los principales afectados“.
Ha instado a ser “prudentes” en esta cuestión porque “hay que hacer las cosas bien hechas, hay que reflexionarlas, escuchar a todo el mundo y evitar dar pasos que puedan conducir a error y puedan llevar a desandar lo andado”, de modo que hay que actuar “sin prisa pero sin pausa”.
En la reunión, que se ha prolongado durante dos horas, ha habido un largo turno de ruegos y preguntas de los asistentes, y preguntado sobre qué han trasladado éstos a la dirección provincial, Betoret ha dicho que se han afeado “determinadas conductas de las que todos nos sentimos avergonzados” y ha puesto en valor las intervenciones, dado que se ha visto a gente que, pese a estar indignada, tiene “muchas ganas de trabajar y sacar adelante el proyecto de partido”.
“Ha venido gente que hacía muchísimo que no venia, gente que en su día ocupó cargos importantes a nivel regional y provincial”, ha dicho, para valorar acto seguido que la militancia ha dado “una lección de saber estar, de talla política y de querer al partido”.