Quien piense que el Ayuntamiento de València no tiene competencias en Educación, se equivoca. Ahora bien, que en estos momentos sea casi invisible, es una realidad. Desde el gobierno de PPVox esta concejalía ha pasado por varios responsables sin aportar ninguna estabilidad a sus funciones. El 18 de julio reclamamos la organización del Consejo Escolar para poder preparar la planificación del curso. También lo pediría FAMPA semanas después. Finalmente se celebró el 4 de septiembre, in extremis, a sólo unas horas de empezar las escuelas infantiles. Pero ojo, que se votaron únicamente los días de fiesta del curso escolar. Parece que no hay nada más que debatir ni proponer a los más de 30 representantes de la comunidad educativa que forman parte de este consejo, desde profesorado y directores de enseñanza pública y privada, asociaciones de padres y madres y sindicatos. Tanto es así, que a día de hoy, todavía no se han reunido de nuevo.
Uno de los proyectos más importantes del anterior mandato fue la lucha contra el absentismo escolar. Y lo hicimos a través de dos herramientas fundamentales. En primer lugar, desde la creación de la Comisión Municipal de Absentismo Escolar en 2021, para idear soluciones y estrategias efectivas contra el abandono escolar. Por primera vez este grupo de trabajo estaba formado por diversos agentes no solo de la comunidad educativa, sino también otros ámbito, integrando a personal de la Concejalía de Educación (Sección Escolarización y Cheque escolar, junto a absentismo escolar municipal), representantes de los padres y madres del alumnado, principales sindicatos, la Federación de Asociaciones Vecinales de València y los titulares de los centros privados; así como el personal docente de los centros que son los que viven día a día los casos de absentismo. Por otro lado, el cuerpo de colaboradores externos se componía por la Delegación de Bienestar Social del Ayuntamiento, la Fiscalía Provincial Sección de Menores, la Dirección General de Educación Inclusiva de la Conselleria, agentes de la Policía Local de València, y la Inspección de la Dirección Territorial de Educación. Porque el trabajo colaborativo de todos los perfiles es fundamental para conseguir los objetivos.
El segundo paso, en marzo de este año, llegaría con la creación de la Oficina Municipal de Prevención y Reducción del Absentismo Escolar, un servicio que facilita la atención e información a las familias y ofrece charlas de concienciación a padres y madres de alumnado absentista. Somos conscientes de la variedad de motivos sobre el origen del absentismo y por esta razón fue esencial la coordinación de todos los actores citados. Es por ello que no entendemos el sentido de las jornadas recientemente celebradas en la Policía Local, focalizando el perfil del entorno absentista solamente con este lugar, donde no se convocó a la Comisión Municipal, ignorando así la importancia de su labor como mesa de trabajo intersectorial. Y tampoco tiene sentido celebrarlo a dos bandas sin informar al Consejo Escolar, ausente de cualquier interlocución.
Por otra parte, el silencio de la nueva concejala Educación ante el anuncio de PP y Vox de cargarse de un plumazo la prohibición de los salones de juego cercanos a los centros educativos, nos parece alarmante. Mientras el Consell puede autorizar nuevos locales de juego tras tres años de prohibición, el Ayuntamiento de València suprime la partida presupuestaria de 400.000 euros dedicada a combatir adicciones. Una irresponsabilidad de María José Catalá que preocupa especialmente a las familias. A ello se suman las reivindicaciones de las educadoras infantiles, cuya precariedad está siendo ignorada por la administración, desatendiendo cualquier tipo de reunión con las trabajadoras. “No cuidem: Eduquem”, era el principal lema de las encargadas de la formación de 0 a 3 años que escuchamos hace unos días desde la Plaza de la Virgen.
Mientras tanto, el próximo 30 de noviembre celebraremos el Día de la Ciudad Educadora. El octavo año que València forma parte de esta red internacional, gracias al esfuerzo de los gobiernos progresistas que iniciaron el camino, apostaron por la educación como eje intergeneracional de nuestra ciudad, organizando el primer Pleno Infantil. El lema de esta edición es “La cultura, fuente de creación y aprendizajes en la Ciudad Educadora”. Y desde ese marco, ya en enero anunciamos la campaña ‘València pintada por los ojos de Sorolla’. Una iniciativa para que los escolares reflexionaran sobre este gran artista, plasmados en carteles que fueron expuestos en el mobiliario urbano de la ciudad. Estos diseños se reunirán de nuevo en una exposición el día 24. Un ejemplo más de la ausencia del trabajo realizado en los últimos 5 meses, y que demuestra que el actual gobierno PPVox transcurre entre la pasividad y la herencia progresista. De espaldas a una comunidad educativa que espera tener, por fin, un concejal/a estable y una atención que realmente apoye la Educación de los niños y niñas en València.