Política decente y justa

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Asistimos día tras día a espectáculos políticos bochornosos a muchos niveles. Y aunque la indecencia de lo que ocurre a nivel estatal nos tiene con la boca abierta, aquí, en nuestra casa, en Alicante, también hemos asistido estos días a muestras más que preocupantes de la baja calidad democrática de nuestra política. La aprobación de la ordenanza de la vergüenza, que multa a las personas más marginadas de nuestra ciudad, y los recortes presupuestarios en las políticas sociales y de solidaridad internacional aprobados por Partido Popular y Ciudadanos, son una muestra importante de esto que decimos.

Estos dos partidos prometieron en la última campaña electoral -con gran foto de unidad con la oposición incluída-, que aumentarían ligeramente el presupuesto dedicado a cooperación internacional para luchar contra problemas globales como la pobreza y la desigualdad, problemas en los que desde nuestra posición privilegiada como países ricos tenemos mucho que ver… y que tenemos la responsabilidad y el poder de cambiar. Pero estos dos partidos acaban de incumplir esta promesa.

Lo que no podemos entender ahora es que, después de hacerse esa foto, estén recortando unas partidas ya de por sí ridículas, y que lo hagan cuando hay un presupuesto municipal récord de 313 millones, “los más expansivos de la historia”, según las propias palabras del Bipartito.

Este recorte es una vergüenza para Alicante: cuando estamos empezando a recibir una lluvia de millones beneficiándonos de la solidaridad de Europa para superar la crisis generada por la COVID, somos incapaces de mostrar, a nuestra vez, la más mínima solidaridad con los países empobrecidos que no tienen recursos para hacer frente a la crisis sanitaria y económica. Somos incapaces de aportar un poco, muy poco realmente, para hacer justicia frente a la pobreza y la desigualdad, la injusticia que supone que hoy mismo haya 811 millones de personas en este mundo que no saben si podrán llevarse algo de comer a la boca.

El recorte introducido por el PP y Ciudadanos en estos presupuestos supone dedicar en 2022 apenas 0,67 euros (esto es, 67 céntimos) por habitante a la cooperación. Se habían comprometido a dedicar 1,85 euros al año por persona. Menos de la mitad de lo que cuesta un sobre de cromos de Pokemon de los normales.

Necesitamos representantes políticos sinceros, que demuestren que son responsables, que tienen principios y que son solidarios y justos. Porque la base de la convivencia y del avance como sociedad es la solidaridad, y así ha sido desde que el mundo es mundo. La ciudadanía estamos harta de bochornosos espectáculos diarios, de que nos tomen el pelo, y de que se intente politizar todo.

Frente a quienes quieren hacer “guerras culturales” con las políticas sociales como arma arrojadiza, frente a los que sólo buscan recortar derechos que ha costado mucho conseguir, castigar a los más excluidos y sembrar el odio, nosotras seguiremos defendiendo la dignidad, la justicia, la decencia y los derechos humanos. Esperamos que nuestros representantes políticos estén a la altura. Nuestra petición es muy concreta: cumplan lo que prometen y pónganse del lado de lo que es justo, aquí y en todos los lugares en los que gobiernen.