La prevención en el centro de la recuperación. Hacer de la salud laboral un derecho fundamental

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La COVID 19 ha situado la prevención de riesgos laborales como instrumento indiscutible para preservar la salud de las personas trabajadoras, evitando y minimizando la transmisión del virus en los centros de trabajo, con la implantación de medidas tanto colectivas como individuales, tal y como se puso de relieve en el recientemente celebrado certamen de BY LABORALIA.

Veníamos de un escenario complicado, cuando la reforma laboral de 2012, impuso un mercado laboral precario, centrado en la temporalidad y la parcialidad, propiciando que la prevención pasara a un segundo plano para las empresas, y para las personas trabajadoras, que temían perder su puesto de trabajo, ante cualquier reivindicación de la mejora de sus condiciones de trabajo.

Con estas reglas de juego fue aumentando la siniestralidad en la Comunitat. Desde 2013 a 2021, fueron declarados 393.243 accidentes de trabajo con baja y perdieron la vida 474 personas trabajadoras, por el mero hecho de acudir al puesto de trabajo.

Hoy, la utilización de plataformas digitales, el teletrabajo o el trabajo a distancia, han irrumpido con fuerza, modificando sustancialmente la organización del trabajo o la ubicación de los lugares desde donde se presta, apareciendo nuevos riesgos que deben ser evaluados por los servicios de prevención.

Por ello, una vez finalizadas las restricciones sanitarias, es necesario regular ya, en los convenios colectivos, el tiempo y los horarios de teletrabajo, el derecho a la desconexión y las medidas de seguridad y salud, entre otras.

Ahora que hablamos de reconstrucción, es el momento para colocar la prevención de riesgos laborales en el centro de la recuperación económica, aprovechando la estabilidad en la contratación que está proporcionando la reciente reforma laboral, para conseguir un empleo digno, de calidad y por tanto seguro y saludable, como persigue el objetivo 8 de los ODS.

Y todo a través del diálogo social, desarrollando la nueva Estrategia Valenciana de Seguridad, Salud y Bienestar laboral, fruto del consenso del Gobierno Valenciano con las organizaciones empresariales y sindicales más representativas en el documento “Alcemnos”, que debe establecer el marco general de las políticas de prevención de riesgos laborales en la Comunitat para los próximos años, además de ser una herramienta dirigida a combatir la siniestralidad laboral.

Para UGT PV son muchas las asignaturas pendientes, entre ellas incluir la transversalidad de género y edad en todos los aspectos a tratar. Además de seguir insistiendo con la prevención de riesgos psicosociales, dada las elevadas cifras de accidentes no traumáticos, cómo infartos o problemas cardiovasculares relacionados con este tipo de riesgos, o las bajas por enfermedades mentales ocasionadas por el trabajo y que actualmente son declaradas como contingencias comunes; sin olvidar el que es necesario poner el acento en la necesidad de investigar el cáncer de origen laboral para corregir su infradeclaración como enfermedad profesional.

Todo ello nos lleva a recordar cuán importante es implementar la figura del delegado o delegada de prevención territorial que dé cobertura a todas aquellas pequeñas empresas, la mayoría en nuestro tejido productivo, ya que está demostrado que en aquellas empresas con representación sindical existen unas mejores condiciones de trabajo.

La lista de reivindicaciones es larga pero posible de abordar, si ponemos el foco en conseguir unas condiciones de trabajo seguras y saludables. En el mismo sentido, se ha propuesto la inclusión de la salud laboral como derecho fundamental, en la Declaración de la OIT sobre los Principios y Derechos Fundamentales en el Trabajo de 1998, que saldrá a debate en la próxima conferencia internacional del trabajo, que se celebrará en el mes de junio de este año.