De lo social en la era de la IA

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La inteligencia artificial (IA) es una tecnología que permite crear sistemas capaces de aprender, razonar, comunicarse y resolver problemas, imitando o superando las capacidades humanas. La IA tiene muchas aplicaciones y beneficios para la sociedad y la economía, pero también plantea desafíos éticos, legales y sociales.

Uno de los ámbitos más afectados por la IA es el mundo laboral, donde la IA puede tener efectos positivos y negativos en el empleo, las condiciones de trabajo, los derechos laborales y la negociación colectiva. Por un lado, la IA puede mejorar la productividad, la eficiencia, la innovación y el bienestar de los trabajadores, y crear nuevas oportunidades de empleo y de desarrollo profesional. Por otro lado, la IA puede sustituir, precarizar, discriminar o controlar a los trabajadores, y generar desempleo, desigualdad, exclusión o conflictos sociales.

En primer lugar, creo que la IA puede ser una oportunidad para mejorar la calidad y la dignidad del trabajo, si se utiliza de forma ética, responsable y sostenible, y si se respeta la autonomía, la privacidad y los derechos fundamentales de los trabajadores. En este sentido, me parece acertada la Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial (ENIA) que ha elaborado el Gobierno de España, que tiene como objetivo impulsar el desarrollo y el uso de la IA de forma inclusiva, sostenible y centrada en la ciudadanía. La ENIA se basa en seis ejes estratégicos: fomentar la investigación, el desarrollo y la innovación en IA; promover el talento y las competencias digitales; garantizar el uso ético y responsable de la IA; apoyar la transformación digital del tejido productivo; facilitar la integración de la IA en el sector público; y reforzar el liderazgo y la colaboración internacional en IA.

Asimismo, me parece positiva la iniciativa de la Unión Europea de crear un marco legal y ético para la IA, que se basa en los principios de confianza, excelencia y valores humanos. La UE propone una serie de requisitos para la IA, como la transparencia, la trazabilidad, la supervisión humana, la robustez, la seguridad, la no discriminación, la protección de los datos y el respeto a los derechos fundamentales. La UE también establece un sistema de clasificación de la IA según el riesgo que supone para los usuarios y la sociedad, y propone una serie de medidas de control y de sanción para garantizar el cumplimiento de las normas.

En segundo lugar, creo que la IA puede ser una amenaza para la estabilidad y la equidad del trabajo, si se utiliza de forma abusiva, irresponsable e insostenible, y si se vulnera la autonomía, la privacidad y los derechos fundamentales de los trabajadores. Algunos de los riesgos que veo son por un lado la sustitución o desplazamiento de los trabajadores por la IA. La IA puede realizar algunas tareas mejor, más rápido y más barato que los humanos, lo que puede provocar la pérdida de empleos, especialmente de los trabajadores menos cualificados o con menor capacidad de adaptación. Esto puede reducir el poder de negociación de los trabajadores, aumentar el desempleo, la pobreza y la desigualdad, y generar conflictos sociales. En este sentido, me parece necesario que se establezcan medidas de protección y de transición para los trabajadores afectados por la automatización, como la formación, la recolocación, la renta básica o el impuesto a los robots.

En este sentido un problema que puede surgir es la precarización o degradación de las condiciones de trabajo por la IA. La IA puede modificar la organización, el contenido, el tiempo y el lugar del trabajo, lo que puede afectar a la calidad, la seguridad, la salud, el bienestar y el desarrollo profesional de los trabajadores. La IA puede facilitar la externalización, la subcontratación, la temporalidad, la informalidad, la automatización y la digitalización del trabajo, lo que puede debilitar la protección laboral, la representación sindical, la negociación colectiva y la participación de los trabajadores. En este sentido, me parece necesario que se adapten las normas laborales a las nuevas formas de trabajo, y que se garanticen los derechos y las obligaciones de los trabajadores y de los empleadores, como el salario, la jornada, las vacaciones, la seguridad social, la salud, la educación, la libertad sindical, la negociación colectiva, la no discriminación, la igualdad de oportunidades y de trato, y la protección frente al despido. Y, es más, la IA puede introducir sesgos, estereotipos y discriminaciones en el proceso de selección, evaluación, remuneración y promoción de los trabajadores, lo que puede afectar a la igualdad de oportunidades y de trato, y a la diversidad e inclusión de los trabajadores. La IA puede excluir o marginar a los trabajadores que no tengan acceso, conocimiento o competencia en el uso de la IA, lo que puede generar brechas digitales, educativas y sociales. En este sentido, me parece necesario que se asegure la transparencia, la explicabilidad y la rendición de cuentas de la IA, y que se establezcan mecanismos de control, supervisión y corrección, que permitan detectar y solucionar los errores, las fallas, las vulnerabilidades y los riesgos que puedan afectar a los trabajadores y a la sociedad.

En conclusión, creo que la IA puede ser una oportunidad o una amenaza para las relaciones laborales en España y Europa, dependiendo de cómo se diseñe, se desarrolle, se implemente y se use. Creo que es necesario regular el uso de la IA en el ámbito laboral, para garantizar que se respeten los principios de dignidad, autonomía, privacidad y derechos fundamentales de los trabajadores, y que se fomente su participación, inclusión y diversidad en la IA. Creo que es necesario contar con un diálogo social y una colaboración entre todos los actores implicados, como los gobiernos, las empresas, los sindicatos y la sociedad civil, para definir los objetivos, los criterios y los mecanismos de la IA, y para evaluar sus impactos y sus consecuencias. Creo que es necesario evitar que la IA y las relaciones laborales se conviertan en algo como “1984” de Orwell, y que se aspire a algo mejor, como dijo la experta en IA Fei-Fei Li: “Como tecnólogo, veo cómo la IA y la cuarta revolución industrial afectarán todos los aspectos de la vida de las personas”. Estemos preparados.

*Albert Llueca, Representante Sindical en USO y Software Engineer en INDRA