La investigación del 'caso Erial', comandada por la Fiscalía Anticorrupción y la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, ha destapado el trasvase de fondos de la presunta “organización criminal” liderada por Eduardo Zaplana a un exdirigente de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC), según el Ministerio Fiscal. La presunta trama, por la que Anticorrupción pide para Eduardo Zaplana una pena de 19 años de prisión, realizó operaciones bancarias “para ir moviendo el dinero a otras sociedades de tal forma que se dificultase su localización”, según el escrito de acusación de Anticorrupción.
Se trata de la cuenta bancaria de la sociedad offshore panameña Puncak Services SA, a nombre del presunto testaferro Joaquín Barceló, alias Pachano. El 20 de diciembre del 2007 la trama del 'caso Erial' transfirió desde esa cuenta 49.000 euros a Albert Mitjà Sarvisé, exdirigente de Convergència Democràtica de Catalunya. “La cuenta donde se ingresa dicho dinero es una cuenta que titula junto con su mujer en Andorra, en la entidad Andbank con número AD72 0001 0000 1040 5160”, señala el Ministerio Público.
Albert Mitjà Sarvisé, miembro del Consell Nacional de CDC y director general de Energía y Minas durante el último gobierno de Jordi Pujol, se incorporó al consejo asesor regional de Endesa, hasta la disolución del órgano en 2017. El exdirigente de CDC, según publicó El Confidencial, contaba con una fortuna de nueve millones de euros en Luxemburgo que repartió en efectivo por Andorra en el marco de la red Charisma, una presunta trama de blanqueo y evasión.
Mitjà y Oriol Pujol impulsaron en 2002 la creación de parques eólicos en Catalunya, según destacaban los peritos de la causa. La adjudicación del Plan Eólico valenciano es precisamente el origen de las presuntas mordidas de Eduardo Zaplana. La trama movió los fondos —hasta 20,6 millones de euros, según la Fiscalía Anticorrupción— en una lavadora internacional que tuvo a Andorra como uno de sus epicentros.
El fiscal anticorrupción, Pablo Ponce, destaca en su escrito el papel de la Banca Privada d'Andorra (BPA), intervenida en 2015 por las autoridades financieras de Estados Unidos. Así, la cuenta numerada BPA SR. 420092, cuyo titular era el presunto testaferro de Zaplana, recibió 6,6 millones de euros “de procedencia delictiva” mediante el sistema de compensación de efectivo “proporcionado por la propia entidad financiera de BPA para no dejar rastro del origen del dinero”, indica el fiscal.
La BPA facilitaba la “ocultación del dinero”
El escrito también recuerda que la entidad “fue intervenida por las autoridades andorranas tras denuncia del Tesoro de los Estado Unidos por operaciones de blanqueo de capitales”. Anticorrupción incide en el papel fundamental de la BPA: “El sistema de compensación en efectivo proporcionado por la entidad bancaria supone facilitar la ocultación del dinero en efectivo”, abunda.
“A través del banco se facilita la operativa de intercambio de dinero en efectivo entre los clientes del banco, de tal forma que una vez realizado en España se disfraza en los extractos de la cuenta del banco en Andorra como si los ingresos y salidas en efectivo se hubiesen realizado por los clientes, siendo ficticias dichas supuestas relaciones comerciales dado que no se conocen”, explica el escrito de acusación del Ministerio Fiscal.
La presunta organización criminal liderada por el expresidente de la Generalitat Valenciana llegó a realizar hasta 43 operaciones de compensación de efectivo entre el 17 de febrero del 2004 y el 3 de enero del 2007 por un valor de 5,4 millones de euros, según indica la comisión rogatoria de las autoridades andorranas.
Los tejemanejes de la banca en paraísos fiscales y de los blanqueadores también dio pie a una situación similar en Luxemburgo. Beatriz García Paesa, sobrina del famoso espía y gestora de los fondos de la trama Erial en el Gran Ducado, usó la misma cuenta de una empresa de la red de Zaplana para vehicular fondos de otro cliente. Así se dio la curiosa coincidencia de que la instructora del 'caso Erial', la jueza Isabel Rodríguez Guerola, investigaba los movimientos de la sociedad luxemburguesa a la que también seguía la pista el juez Renaud Van Ruymbeke, uno de los magistrados más famosos de Francia especializado en casos de corrupción.
El problema para la trama del 'caso Erial' surgió con la intervención de la BPA. El testaferro de Zaplana, su amigo Pachano, estaba “cagao de miedo”, tal como confesó a Saturnino Suanzes en una conversación telefónica intervenida por la UCO. La cuenta bancaria número 5391 de la sociedad panameña Plaza Fountains SA en la BPA quedó bloqueada. Nino Suanzes (hermano de una exdiputada autonómica y amiga íntima de Zaplana, también procesada en el 'caso Erial') realizó con Pachano las gestiones necesarias para recuperar el dinero intervenido en Andorra, “sabiendo de su procedencia ilícita”. Las reuniones y gestiones con los operadores andorranos fueron “infructuosas”, dado que “no pueden acreditar el origen lícito del dinero como es evidente”, apunta el fiscal Pablo Ponce.