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Tras la salida de Vox del Gobierno valenciano, el conseller José Antonio Rovira heredó las competencias en materia cultural de las que se encargaba el extorero Vicente Barrera. La herencia incluía la gestión de las joyas de la corona en materia cultural: el Institut Valencià d'Art Modern (IVAM) y el Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana. Tras el primer año del Ejecutivo autonómico presidido por el popular Carlos Mazón, ninguna de las dos instituciones, descabezadas por Barrera, mantiene un rumbo fijo ni solución clara a la vista.
Nuria Enguita, elegida directora del IVAM mediante un concurso público, dimitió el pasado 21 de febrero después de que el departamento de Barrera denunciara ante la Fiscalía la donación de dos fincas rústicas que realizó a la fundación Todolí Citrus, entidad sin ánimo de lucro impulsada por el curador de arte Vicente Todolí, quien formó parte del jurado que la seleccionó al frente del museo. El Ministerio Público archivó la denuncia al no ver ilícito penal alguno.
Antes de que la Fiscalía archivara las diligencias, Enguita dimitió aludiendo a los “continuados ataques”, con acusaciones “basadas en información falseada”, recibidos por parte de la Conselleria de Cultura, en manos de Vox hasta la salida del partido de Santiago Abascal del Ejecutivo autonómico. Por el camino, el IVAM perdió a una gestora cultural de primera división que enseguida asumió la dirección artística del museo de arte contemporáneo MAC/CCB de Lisboa (Portugal).
Además, el pasado 1 de agosto, el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJ-CV) suspendió el concurso para elegir la nueva dirección del IVAM. La resolución del alto tribunal autonómico, dictada a petición de uno de los aspirantes, eternizó aún más el concurso para la dirección del museo, asumida de manera temporal por la directora adjunta, Sonia Martínez.
Por lo demás, la subsede del IVAM proyectada desde hace cuatro años en una de las naves del Parque Central de València, permanece paralizada. A ello se suma la clausura de la sede del museo en Alcoi, compartida con la Fundación Mediterráneo y el ayuntamiento de la capital de la comarca de l'Alcoià, debido a un fallo del sistema de climatización que obligó a retirar de la exposición las obras de Josep Renau para evitar daños.
Por otro lado, el Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana (CMCV), con sede en el Centre del Carme, tampoco levanta cabeza después de la maniobra del exconseller Vicente Barrera para quitarse de encima al anterior gerente, el reconocido gestor cultural José Luís Pérez Pont.
Al igual que en el caso de Nuria Enguita, su marcha fue criticada por buena parte del sector y de las asociaciones profesionales. El exgerente tampoco tardó en incorporarse a un nuevo trabajo: hace un mes se sumó al equipo de trabajo en el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria como director del programa para la candidatura de la ciudad como Capital Europea de la Cultura en 2031.
Tras la sonada salida de José Luis Pérez Pont, que había disparado un 90% las visitas al Centre del Carme, Nicolás Bugeda asumió la gerencia de la institución cultural. Bugeda, tal como desveló elDiario.es, tuvo hasta poco antes de su nombramiento otorgada una incapacidad permanente total y fue nombrado sin contrato por Vicente Barrera. Además, el sustituto de Pérez Pont se presentó a una plaza de administrativo del consorcio que dirige, en el marco del proceso excepcional de estabilización por el sistema de méritos.
Por otro lado, el departamento que dirigía Barrera decidió disgregar la dirección en dos ámbitos: la gerencia administrativa y la artística. Así, Vicente Samper asumió de forma temporal la dirección artística. Sin embargo, la Conselleria de Hacienda rechazó la creación de una segunda plaza de dirección, por lo que el concurso definitivo queda también en el aire.