El pasado fin de semana una devastadora tormenta de pedrisco azotó varias comarcas de València y Castelló, dejando a su paso un rastro de destrucción en los cultivos que estaban a punto de ser cosechados. Según una primera estimación de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA), los daños causados por el temporal ascienden a más de 40 millones de euros y afectaron a más de 15.000 hectáreas de cultivos, incluyendo viñedos, cítricos, caquis, aguacates, almendros, olivar, arroz y hortalizas como alcachofas.
La Unió de Llauradors estima que serán en torno a 43 los millones de euros en pérdidas para la agricultura valenciana.
En la comarca de Requena-Utiel una alfombra de piedras de hasta cuatro centímetros de grosor impactó en 8.000 hectáreas de viñedos, causando pérdidas superiores a los 12 millones de euros. En un tramo de unos 40 kilómetros, desde la pedanía de Requena de El Rebollar hasta Villatoya, cientos de viticultores sufrieron la pérdida total de su producción de uva en plena temporada de vendimia. Además, la tormenta dañó severamente las cepas, lo que podría tener repercusiones en la poda y en la producción del próximo año. AVA-ASAJA estima que la cosecha en esta comarca podría disminuir en más del 60% con respecto a la media de los últimos años, debido a las sucesivas tormentas de pedrisco y otras adversidades climáticas.
El Camp de Túria también resultó afectado, especialmente en los términos de Benaguasil y la Pobla de Vallbona, así como en Llíria, Benisanó, Vilamarxant, Bétera, Olocau y Nàquera. La superficie agraria dañada en esta zona ascendió a 6.000 hectáreas, con pérdidas estimadas que superan los 25 millones de euros. Las pérdidas incluyen tanto la cosecha directa de cítricos y caquis en plena recolección como daños en las plantas que afectarán a la próxima temporada.
Es importante destacar que la mayoría de los cultivos ya habían sufrido mermas debido a las condiciones climáticas adversas de los últimos meses, lo que agrava aún más la situación.
La situación en el sector vitivinícola se ha visto agravada por la preocupante disparidad entre los costes de producción y los precios de la uva ofrecidos por las grandes bodegas de referencia. La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) ha instado a la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA) a tomar medidas, solicitando una campaña exhaustiva de inspecciones sobre los contratos de compra-venta de uva de vinificación presentados por estas bodegas.
A pesar del innegable aumento en los costes de producción para los viticultores y la previsión de una cosecha considerablemente más reducida, la cual se prevé como la más baja de los últimos 10 años, los precios ofertados por las bodegas están claramente por debajo de los costes, incumpliendo así la Ley de Mejora de la Cadena Alimentaria. Dependiendo de la zona y la variedad de uva, los precios presentados han sufrido reducciones de hasta un 30% en comparación con el año 2022.
Según los cálculos realizados por los Servicios Técnicos de COAG, un viticultor típico podría perder un promedio de alrededor de 1.200 euros por hectárea. Mientras que los costos de producción se elevan a 0,52 euros por kilogramo, los precios ofrecidos se sitúan en 0,36 euros por kilogramo para la variedad tinta tempranillo.
La situación en el sector agrario es crítica, y tanto la pérdida de la cosecha como la disparidad de precios amenazan la sostenibilidad económica de los agricultores en la región. COAG continuará luchando por los derechos de los agricultores y la aplicación justa de las leyes que regulan la cadena agroalimentaria.
En aquellos lugares donde no afectó el pedrisco, las lluvias son positivas y sirven para paliar el estrés hídrico en algunos cultivos de secano como las viñas, almendros, olivar y algarrobos, así como para los cultivos de regadío donde permitirá ahorrar en riegos, limpiar los árboles ante la amenaza de posibles plagas y recargar acuíferos y embalses ya bastante mermados. Para la ganadería servirán para regenerar los pastos y evitar así el aumento de los costes por los piensos para alimentación de los animales, según La Unió.