La investigadora y periodista valenciana María Iranzo ha querido hacer justicia al semanario rupturista El Papus con un libro que estudia de manera exhaustiva la publicación satírica y rehace la historia de la Transición española. Se trata de 'El Papus (1973-1987). Contrapoder informativo en la Transición Española', editado por la colección Aldea Global (Universitat de València, Universitat Jaume I, Universitat Autónoma de Barcelona i Universitat Pompeu Fabra).
El lanzamiento del libro, justo 50 años después de salir a la venta el primer ejemplar de El Papus, surge de la tesis que hizo la periodista y que arrancó en el año 2009. La idea de investigar sobre este semanario fue, por un lado, la falta de información o estudios que había sobre el mismo y, por otro, la conservación de un archivo histórico enorme del semanario que se podía refrendar con testimonios de trabajadores de los ejemplares. “Esto le daba un valor añadido”, ha afirmado Iranzo.
A lo largo de este libro, la periodista repasa los 14 años de historia del semanario --que consiguió el tiraje más alto entre octubre de 1975 y julio de 1976--, sus 584 portadas, sus numerosos artículos y viñetas, sus estrategias lingüísticas, los personajes reales más retratados y los más estereotipados.
Precisamente tras analizar estos contenidos, la también profesora de la Universitat de València (UV) ha explicado que una de las cosas que más llaman la atención de la revista --primer medio de comunicación que sufrió en democracia un atentado terrorista con una víctima mortal-- es que empezó atacando los pilares del franquismo pero el personaje más representado fue el expresidente socialista Felipe González. “Quizá se debió a que entre los años 1982-84 ya había más libertad de expresión y a que fue muy desmotivador que algunas de las promesas electorales del PSOE no se llevaran a cabo”, ha expuesto.
En general, la revista --ha desgranado-- se atrevía con la sátira política, criticaba la dictadura, el sistema empresarial y, sobre todo, la moral católica. Por otro lado, fue algo contradictoria con el tema de las mujeres, “puesto que por un lado denunciaba la necesidad de aprobación del divorcio o hablaba sobre la polémica con el adulterio o el aborto, pero también hizo mucho humor usando a la mujer como objeto”, ha dicho.
En todo caso, fue una revista innovadora para la época, ha proseguido la periodista, porque apostó notablemente por el peso del grafimo y contrató a personas “con un detallismo propio del cómic norteamericano”, ha aseverado, para añadir: “Hay dibujantes con un trazo muy esquemático y otros donde, además, hay un trabajo de ilustración excepcional”.
Junto a ello, la investigadora ha destacado el lenguaje utilizado en la revista: “'El Papus'hablaba como lo hacía la calle, aunque esto no le quitaba valor porque detrás de ese lenguaje había referencias a poemas de Miguel Hernández, entre otros ejemplos”, ha aseverado tras afirmar que el cine y la televisión también tenían un peso importante en la publicación.
Por otro lado, María Iranzo ha subrayado que el “gran éxito” que tuvo la revista --que contaba con el apoyo del Grupo Godó-- se debió a su equipo, una plantilla formada por personas de entre 20 y 40 años y una redacción “con muy buen ambiente”. “Esto ayudaba mucho a la creatividad”, ha subrayado.
Aportación al periodismo actual
María Iranzo ha subrayado la “importancia” de conocer esta revista puesto que fue “clave” en la historia del periodismo, así como para entender la Transición española “desde otro punto de vista, no tanto el institucional/formal”, ha señalado.
En este sentido, ha destacado: “La historia del periodismo español le debía un reconocimiento a El Papus, una publicación que pasó por momentos muy duros y muy difíciles, que tuvo sus etapas, y que es importante que se conozca”, ha dicho.
Así, este semanario se ha plasmado en un libro “que le puede interesar no solo a aquellos que leyeron la revista, sino también a las generaciones más jóvenes para poder conocer la Transición española desde otro punto de vista. El Papus desvelaba el pacto de silencio que existió entonces, cuando estaban todos vendidos. Fue una manera crítica de concebir la Transición”. “El libro compagina la historia de la revista con la historia de la Transición”, ha apostillado la autora.