Vives, la Universitat de València y el trinquet Pelayo

J. A. M.

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València. Borja, Centelles y Cabanilles son los caballeros de la nobleza valenciana que protagonizan ‘Leges ludi’ (Leyes del juego), uno de los capítulos de la obra ‘Diálogos’, de Joan Lluís Vives. En el imaginario del máximo representante del humanismo en España, los tres amigos realizan un recorrido por la ciudad de Valencia. La charla es amena. En la actualidad y “para contribuir a nuestra recreación y pasatiempo”, señalaba Cabanilles, es probable que departieran sobre fútbol, del que prácticamente todo el mundo entiende. En la Valencia coetánea de Vives (1493-1540), el deporte de masas era el Joc de Pilota. Y de pilota valenciana hablaron largo y tendido. De sus particularidades, anécdotas, diferencias con otros juegos como el ‘Jeu de paume’ francés y, sobre todo, de las que deberían ser las leyes del juego más apropiadas.

A los quince años de edad, Vives entró a estudiar en la Universitat de València. Dos años después, su padre le enviaba a la Universidad de la Sorbona, en París, quizás para ampliar sus conocimientos, tal vez por miedo a la actuación de la Inquisición en una familia de judíos conversos que había sido descubierta practicando su religión original o puede que por ambas razones. Posteriormente, la vida de Vives transcurriría en Brujas con un paréntesis de tres años en Inglaterra, donde forjó amistad con Tomás Moro. El caso es que Joan Lluís Vives es, probablemente, el alumno más ilustre de la Universitat de València. Al menos el único cuya estatua preside el Claustro del Edificio la Nau, el más antiguo de esta entidad docente que en 1981 fue declarado Bien de Interés Cultural.

La Universitat de València celebra estos días la ‘Bienvenida al nuevo curso’. Y entre los diferentes actos, siendo Vives su ‘hijo pródigo’ y la pilota valenciana una seña de identidad de un pueblo, se han programado dos sesiones que tendrán lugar este jueves día 10 de octubre y el próximo sábado en el trinquet Pelayo de València. El recinto del Cap i Casal, sito en el número 6 de la calle con el mismo nombre, merece otro capítulo aparte. Inaugurado en 1868, dicen de él algunos estudiosos que se trata de la instalación deportiva cubierta en uso más antigua de Europa. En el deporte de los valencianos es conocido como ‘la catedral’.

La del jueves en el trinquet Pelayo suele ser una sesión protagonizada por los jóvenes valores de la pilota y las primeras figuras que por alguna razón han atravesado un bache de juego y poco a poco van recuperando su nivel. Hoy, sin embargo, se rompe con esta norma no escrita y se ofrece un cartel propio de una cita relevante: De la Vega y Santi jugarán contra Salva Palau y Jesús. De la Vega, Santi y Jesús gozan de la condición de primeros espadas mientras que el jovencísimo Salva Palau está en camino de consolidarse aunque desde hace un tiempo se codea con los mejores profesionales de la modalidad de ‘escala i corda’. El nieto del mítico Juliet d’Alginet tiene tirón.

Ya en sábado, el día grande del trinquet Pelayo, el principal reclamo es la presencia del campeón individual y por tanto número uno de la disciplina del juego ‘per dalt corda’, Soro III. El ‘escaleter’ de Massamagrell formará junto a Félix, ‘mitger’ de referencia que pugna por ser el mejor en su posición con Javi, que precisamente será su rival. Este último estará acompañado de Francés, pelotari de corte técnico que es muy del gusto de los aficionados de paladar exquisito.

Dado que ambas sesiones están dirigidas principalmente al colectivo universitario, los alumnos de la Universitat de Valencia podrán acceder gratis al trinquet Pelayo solamente mostrando el carné de estudiante. Este privilegio otorgado dentro del marco de la bienvenida al nuevo curso cumple con un segundo objetivo: promocionar la pilota entre los más jóvenes; ofrecer una opción de ocio diferente, sana y atractiva como espectadores de un deporte en el que no hay rivales ni enemigos. En la pilota se reconoce y aplaude los méritos de ambos lados, rojos o azules, independientemente de las preferencias por la victoria de unos u otros.

Hasta no hace demasiado, el perfil del aficionado que acudía a un trinquet era el de un varón de edad avanzada. Desde hace unos años, la tendencia está cambiando. El principal logro ha sido la normalización de la presencia de la mujer en la ‘escala’ o las galerías. El hecho de trasladar las partidas más importantes al fin de semana (en la pilota valenciana se pueden presenciar partidas profesionales todos los días en diferentes trinquets), cuando la mayoría de los mortales disfrutan de su tiempo de asueto, también ha permitido que la media de edad se reduzca hasta los 51 años según muestra un estudio demoscópico coordinado por el sociólogo Víctor Agulló que se presentó el pasado mes de abril y que se realizó desde la Cátedra de la Pilota, entidad promovida por la Generalitat Valenciana pero que gestiona la Universitat de València.