Si hay algo que se le da bien a la izquierda, en el sentido más amplio de la palabra, son las guerras internas. La tradición es longeva y rica en anécdotas y purgas. Las batallitas internas desmoralizan a su electorado, dan munición a la prensa y suelen acabar mal o muy mal.
El inicio del curso político se ha visto empañado por la anunciada salida del vicepresidente Rubén Martínez Dalmau del Ejecutivo valenciano por las fuertes desavenencias internas con la actual dirección de Podem, que ejerce con mano de hierro la portavoz parlamentaria Pilar Lima. Sin comerlo ni beberlo, el president Ximo Puig se ha topado con una baja que ni desea ni le viene bien, dada la buena relación que mantenía con Martínez Dalmau en contraste con los sonados tira y afloja que ha mantenido con la vicepresidenta Mónica Oltra, de Compromís.
Así, la Ejecutiva de Podem, controlada por el sector de Pilar Lima, ha dejado en el aire este lunes el nombramiento del profesor Héctor Illueca al frente del departamento de Vivienda. Sin comparecencia posterior y con un breve comunicado, Podem aplaza el enésimo relevo con el malestar añadido de sus socios del Pacte del Botànic y, singularmente, del socialista Ximo Puig, según apuntan fuentes del Ejecutivo autonómico.
Con una insólita celebración de las Fallas pandémicas, la celebración del 9 d'Octubre a la vuelta de la esquina y el horizonte de la gestión de los fondos europeos para la recuperación económica, el Gobierno valenciano se enfrenta a una baja inesperada que se venía cociendo desde hace meses. La relación entre el presidente y Rubén Martínez Dalmau ha sido buena y Puig ha visto con cierto espanto el jaleo interno de sus socios morados.
Martínez Dalmau ya anunció a Puig a inicios del verano que meditaba seriamente tirar la toalla. La gota que ha colmado el vaso, según coinciden varias fuentes consultadas, ha sido la disputa con Lima por el puesto de la secretaría autonómica de Justicia (que, por el reparto de cargos entre las tres formaciones del Botànic, correspondía a Podem).
Martínez Dalmau reunió a su equipo el pasado viernes para anunciarles la intención de abandonar la vicepresidencia y también habló por teléfono con varios cargos de Podem. Por la tarde, saltó la noticia bomba, sin vuelta atrás a pesar de que algunas fuentes del partido morado sostienen que la intención inicial del vicepresidente era presionar a Pilar Lima para que aflojara. Los tropecientos grupos de Telegram que usan las dispares e incontables corrientes de Podem echaban humo.
Todas las quinielas apuntan a que el sustituto de Martínez Dalmau será Héctor Illueca (València, 1975), profesor de la Universitat de València, actual director de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social y bregado en las guerras internas del partido. Sin embargo, la Ejecutiva de Podem controlada por Lima ha celebrado una reunión sin comparecencia posterior y ha ventilado la sustitución de Martínez Dalmau con un breve comunicado.
“La dirección del partido morado está en permanente contacto y coordinación con Rubén Martínez Dalmau y su gabinete con el fin de que la acción de gobierno no se vea afectada”, reza el comunicado. Además de los elogios de rigor a las políticas sobre vivienda pilotadas por Martínez Dalmau, la formación ha agradecido al PSPV-PSOE y a Compromís “las palabras de apoyo y respeto al vicepresidente segundo y a Podem”.
“Espectáculo lamentable” es una expresión que han utilizado estos días varios dirigentes del Pacto del Botànic. “Pilar es muy desconfiada, no tiene organización, ni liderazgo ni diputados que le den apoyo”, señala una fuente del sector a la izquierda del PSPV-PSOE y Compromís.
El estilo parco y ortodoxo de Lima ha sido una constante que le ha supuesto quedarse en minoría en el grupo parlamentario, en el que únicamente le apoya la diputada Cristina Cabedo. Por contra, los parlamentarios Naiara Davó, purgada en su momento por el pablismo, Ferran Martínez, Beatriz Gascó e Irene Gómez conforman un bloque opositor que, paradójicamente, es mayoritario.
La consellera Rosa Pérez Garijo, de Esquerra Unida, la otra formación integrante de Unides Podem, ha lamentado “el ruido que se genera y que tapa en parte la gestión y el trabajo que la coalición aporta al gobierno del Pacte del Botànic”. EUPV, que también forma parte del grupo parlamentario que lidera Pilar Lima, no oculta su disconformidad con un relevo en el que no ha pintado nada.
De momento, la comisión de seguimiento del Pacte del Botànic ni está ni se le espera.