Podemos pone el gasto de la Generalitat en el Aeropuerto de Castellón como ejemplo de deuda ilegítima que, después de una auditoría controlada por la ciudadanía, no se debería pagar.
El célebre aeropuerto sin aviones costó 150 millones, fue inaugurado antes de las elecciones municipales y autonómicas de 2011 y sigue sin funcionar. Finalmente, será gestionado por una multinacional canadiense vetada por corrupción por el Banco Mundial.
Alberto Montero, uno de los economistas de cabecera de Podemos, cree que, a falta del preceptivo estudio, la infraestructura inaugurada por Carlos Fabra, a un paso de ir a prisión por fraude fiscal, y Francisco Camps, defenestrado como presidente de la Generalitat, es el epítome de la deuda ilegítima.
“Si hay estudios de viabilidad de que el aeropuerto de Castellón en su vida iba a tener un avión, y finalmente se construye, la deuda generada para construirlo es ilegítima desde cualquier punto de vista, al margen de las cuestiones de legalidad del proceso”, dice el profesor de economía de la Universidad de Málaga.
La breve historia del aeropuerto de Castellón está jalonada por múltiples chapuzas y multitud de gastos escandalosos para la oposición al PP: 26 millones de euros en patrocinios entre 2006 y 2010, 17 millones en consultoría o medio millón en torneos de golf.
La Generalitat confía en que el aeropuerto absurdamente más famoso de España comience a funcionar en breve. Su operador, Lavalin, no pagará ni un duro a los valencianos hasta que reciba 1,2 millones de pasajeros al año, un tráfico que se antoja, al menos a corto plazo, improbable.