Alfredo Castelló (Sagunt, 1963) es licenciado en Derecho por la Universitat de València y militante del Partido Popular desde hace más de tres décadas. Elegido vicepresidente de las Corts Valencianes el pasado 26 de junio, este veterano de la política valenciana ha sido concejal en el Ayuntamiento de Sagunto, ciudad de la que fue alcalde entre 2007 y 2014, y diputado autonómico desde 2011, además de haber ocupado diferentes cargos orgánicos dentro de la formación conservadora y ser portavoz de campaña del PPCV para las autonómicas de 2015 y responsable del programa electoral del PP valenciano para las autonómicas de 2019 y 2023. Ahora afronta un nuevo reto, ocupar la vicepresidencia en un Parlamento autonómico bajo la presidencia de Vox.
¿Qué siente uno de los diputados más 'gamberros' de las últimas legislaturas al estar al otro lado, llamando la atención a sus señorías en lugar de recibir esas llamadas al orden?
Siente frustración por no poder seguir siendo un poco malo. Yo no era gamberro, era malote. Lo voy a echar muchísimo de menos, porque me cuesta muchísimo estar callado en los plenos. Supongo que tendré que pasar una 'cuarentena' y que poco a poco me iré acostumbrando. Me lo dicen desde los grupos de la oposición, e incluso [Enric] Morera -expresidente de las Corts- me ha comentado: “Qué mal lo vas a pasar. Cómo te mereces estar ahí callado”.
¿Y qué siente siendo vicepresidente de las Corts, un cargo con tanta carga simbólica?
De tanto simbolismo y de tanta responsabilidad, porque al final estás en el órgano que hace que el Parlamento valenciano, que es la principal institución de la Comunitat Valenciana porque, entre otras cosas, nombra al president de la Generalitat, funcione de forma correcta. Es una gran responsabilidad y un orgullo, porque yo, el tiempo que llevo aquí [en las Corts], los había visto allí arriba, y en las juntas de portavoces... pero estar aquí ahora, sobre todo al principio de la legislatura, cuando se constituyen las Corts, se elige al presidente y se inicia una legislatura, ha sido muy bonito y no lo voy a olvidar nunca, desde luego.
Usted ha sido diputado con diferentes mesas y presidentes en las Corts: Alejandro Font de Mora, Juan Cotino, Enric Morera...
Y con todos he aprendido algo. Siempre se aprende algo de cualquier persona. Yo estoy en este mundo para aprender, y de todos ellos he aprendido. Todos han tenido cosas positivas, y también cosas negativas, pero hay que aprender de lo bueno.
¿Se puede hacer política desde la Mesa de las Corts... desde la presidencia o la vicepresidencia?
Se puede hacer política, pero no es recomendable. A mí me cuesta. Yo he hablado con la presidenta y le he dicho, ni tú eres de Vox, ni yo soy del PP, ni Gabriela [Bravo] es del PSPV, ni Maria Josep [Amigó] es de Compromís: somos todos de la Mesa, y por lo tanto lo que tenemos que hacer es dedicarnos a que esto funcione bien y a darles el mejor trabajo posible a los diputados, intentar que los funcionarios estén felices en su trabajo y lo puedan desarrollar con normalidad. El día que nos nombraron y nos sentamos por primera vez allí arriba, dejamos de ser de nuestro partido político cuando estamos aquí dentro.
¿Qué siente usted cuándo se produce una imagen como la de la semana pasada, en la que se visibiliza que no existe unanimidad en la condena de la violencia machista con tres grupos detrás de una pancarta que la condena y otro grupo, Vox, con la presidenta de las Corts a la cabeza, que se aparta de ese consenso?
Creo que hay una pésima comunicación de lo que se piensa, porque sé que todos los grupos condenamos la violencia; sé que todos los grupos condenamos la violencia de género y creo que hay una mala campaña de comunicación. Escuchas a los portavoces de Vox y dicen que condenan la violencia de género, y los escuchas que dicen que condenan cualquier asesinato que se produzca por un hombre hacia una mujer por una cuestión machista, pero dicen que no es más condenable que cualquier otro. Me parece que es una cuestión de comunicación. En lo importante, que es perseguir la violencia de género e ir a por quienes asesinan por una cuestión machista a las mujeres, porque creen que les pertenecen, algo que hay que erradicar de nuestra sociedad, en eso estamos de acuerdo.
Y a nivel de imagen para la institución, que la presidenta de la Cámara no quiera aparecer detrás de la pancarta contra la violencia machista...
Creo que eso es algo que vamos a mejorar en breve.
Y hablando de hacer política desde la Mesa de las Corts, la presidenta Llanos Massó presumió de que Vox provocó que se haya abierto de nuevo el debate sobre el valenciano, que parecía superado.
Como diría el presidente Mazón, un tuit borrado es un tuit borrado. Y yo también digo que un tuit es un tuit y, como dice la Biblia, por sus hechos los conoceréis: aquí, en esta institución, hay normalidad absoluta sobre ese tema, y eso es lo que me parece realmente importante. Sería infinitamente más preocupante que en un tuit se dijera una cosa y aquí se hiciera; pero como ves, las Corts Valencianes siguen funcionando con absoluta normalidad, y eso es lo importante. ¿Se ha hecho un tuit diciendo no sé qué? Esa es la opinión de la presidenta hecha en un tuit en un momento determinado sobre una cuestión concreta. Es su opinión. Las Corts, como debe ser, lo que hacen es respetar el valenciano.
Pero tuvo que salir el president Mazón, porque también hubo un conseller, el de Educación, que cuestionó el criterio de la Acadèmia Valenciana de la Llengua
Para eso está el president, para coordinar la acción de gobierno y darnos su opinión y dejar claro cuál es el criterio del Consell, y estoy totalmente de acuerdo con él. Ese tema no está en cuestión, aquí seguimos haciendo las cosas exactamente igual que hace doce años, que hace ocho y que hace cuatro.
¿Cómo vivió la composición de la Mesa y la entrada de Compromís en detrimento del segundo representante que reclamaba el PSPV como suyo?
¿Tú crees que realmente hubo negociación? El president desde el primer momento dijo que quería pluralidad en todos los ámbitos, y lo llevó a cabo. Y si el PSPV se siente perjudicado, es una cuestión tangencial, porque Carlos Mazón dejó claro desde el primer momento cuál era su intención, y a mí me parece bien. Cada uno con sus votos hace lo que estima conveniente. Nosotros, la legislatura pasada, aprobamos una iniciativa para que Vox estuviera en la Mesa, y dijimos que la siguiente legislatura promoveríamos las modificaciones necesarias para que todos los grupos parlamentarios estuviesen en la Mesa, porque si no, no están en igualdad de condiciones con el resto. A mí me parece una buena jugada política y una excelente jugada en lo democrático. No puede ser que los grupos no estén representados en la Mesa porque entonces no todos juegan con las mismas cartas: unos jugaríamos con las cartas marcadas de la información que te proponen tus miembros y otros no la tendrían. Es una cuestión de justicia.
¿Qué espera de esta legislatura?
Deseo que sea una legislatura tranquila, en la que el Consell pueda desarrollar sus proyectos; que el trabajo de las Corts sea positivo para los valencianos y que tengamos acierto. Eso es lo mejor que se puede desear en una legislatura, y espero que eso en buena medida se produzca y que los grupos de la oposición ejerzan su función, hagan lo que les corresponde, incluyendo el intentar ponernos palos en las ruedas, y que intenten compararnos con el Botànic en aquello que puedan, que lo van a tener muy difícil. No espero nada extraordinario.
No va a ser nada bueno para la Comunitat Valenciana la diferencia de color entre el Gobierno de España y la Generalitat
Lo que sí que creo es que, si sigue el actual Gobierno de España, vamos a tener un grave problema con la financiación. Que vamos a tener un problema con las inversiones en la Comunitat Valenciana si sigue el Gobierno de España actual. No va a ser nada bueno para la Comunitat Valenciana esta diferencia de color político entre el Gobierno de la nación y el Gobierno de la Generalitat. Nos van a hacer sufrir, pero tengo confianza en el Gobierno de Mazón, que lo va a hacer fenomenal y ha empezado cumpliendo la palabra y bajando impuestos, y no va a parar de cumplir sus compromisos. Eso hará que a los valencianos nos vaya bien.
¿Qué objetivo se plantea para los próximos cuatro años?
Que esto vaya lo mejor posible, que no tengamos demasiados disensos y que haya muchos acuerdos y consensos, esforzarme en que todo esto vaya bien, que si alguien tiene que echarle la culpa de algo a las Corts sea de que funcionan perfectamente. Y en lo personal, aprender de todo el mundo todo lo que pueda. De los nuevos, de su candidez, de sus ganas, de su buena voluntad, de su ilusión... y de los veteranos, de su experiencia y saber hacer.
¿Qué es más difícil, el trabajo en la Mesa o ser uno de los portavoces y negociadores del grupo parlamentario popular?
De momento no hemos tenido ningún problema. Negociar es difícil respecto de los objetivos que te puedas plantear. Si tú te planteas un objetivo prácticamente imposible de conseguir, lo tienes mal; si hay alguien que no quiere llegar a un acuerdo, lo tienes mal; pero si realmente hay una voluntad de llegar a acuerdos en el tema que sea, con unos interlocutores con un mínimo de inteligencia, negociar y llegar a acuerdos es facilísimo.
Hablando en clave Partido Popular y Gobierno de la Generalitat. Desde fuera da la sensación de que el PP de la provincia de València está infrarrepresentado en el Consell, que ha perdido peso.
Puedo entender que eso se vea desde fuera desde un punto de vista numérico. Pero en mi partido esas cosas tienen tan poca importancia, que yo sea de València o que cualquier otro sea de Alicante o de Castellón. Nos da igual. Yo no he pensado jamás que Miguel Barrachina es de Castellón, o que Eduardo Dolón es de Alicante... no lo he pensado de nadie. Ese debate, ese planteamiento, esa idea no existe, no está ni siquiera flotando en el ambiente, ni de mi partido, ni en el Consell, ni en las Corts. No se nos pasa por la cabeza. Nunca he hablado de Isabel Bonig como castellonense, de Eva Ortiz como alicantina, de Jorge Bellver como valenciano o de Carlos Mazón como alicantino.
¿Y en su calidad de veterano del Partido Popular, cómo ve usted el pacto con Vox?
A mí me parece un excelente pacto hecho en tiempo récord que le da la razón a Carlos Mazón en su planteamiento. Me parece que el acuerdo en sí es inapelable, no le veo ningún resquicio por el que se le pueda atacar, y creo que va a ser bueno para los valencianos porque, entre otras cosas, nos va a dar estabilidad.
Con Vox hay más cosas que nos unen de las que nos separan. El 95% de nuestros programas electorales son coincidentes
¿Hay más cosas que les unen o que les separan con Vox?
Hay muchas más cosas que nos unen que las que nos separan. Puede haber media docena de cuestiones clave en las que estamos en total desacuerdo, o siete, u ocho... Tienes que verlo en los pactos de gobierno. El 95% de nuestros programas electorales son coincidentes. Por cierto, con el Partido Socialista, probablemente este porcentaje sea del 85%, y hasta con Compromís también coincidimos en muchas cuestiones. Las grandes fórmulas entre los grandes partidos son muy similares y coincidimos bastante en el análisis y en las soluciones.
¿Usted no se siente incómodo trabajando con la gente de Vox?
En absoluto. Yo siempre me he sentido cómodo trabajando con cualquiera. Yo he estado gobernando en el Ayuntamiento de Sagunto con Compromís, con el CDS, con Unión Valenciana, con partidos independientes, y ahora con Vox; y he aprobado acuerdos con el Partido Socialista, con Izquierda Unida, con Podemos... A mí eso me gusta.
¿A nivel personal, qué aspiraciones le quedan por cumplir a Alfredo Castelló en política?
Yo no pensaba ser concejal del Ayuntamiento de Sagunto, y lo fui; no pensaba ser alcalde de Sagunto, y lo fui; no pensaba ser diputado, y lo fui; no pensaba ser vicesíndic del grupo parlamentario popular más grande de la historia, con 55 diputados, y lo fui; no pensaba ser vicepresidente de las Corts Valenciana, y lo soy... Y lo mío es una historia que no entiende de aspiraciones, sino de que el destino, la gente, mi trabajo... me ha planteado una serie de cuestiones delante y siempre he dicho lo mismo: encantado, vamos a por ello con todas las ganas del mundo. Esa es mi aspiración en política, seguir siendo útil para lo que se me necesite.
Usted es una persona que transmite que disfruta con lo que hace, y que cada nueva responsabilidad le llena más que la anterior...
Es posible que sí [ríe]. Soy un tipo absolutamente afortunado y soy un 'disfrutón' en esto de la política. No puedo pedir más. En política me lo he pasado tan bien y me lo sigo pasando tan bien... He disfrutado y disfruto tanto de la política, hasta de las malas situaciones, las situaciones tensas, difíciles, complicadísimas, injustas que he atravesado, que solo puedo dar las gracias por haberme puesto delante esta oportunidad. Yo lo he aprovechado lo mejor que he podido, y también es verdad que he dado lo mejor de mí mismo. Y creo que también he aportado un poquito por dónde he pasado. No solo me esfuerzo, trabajo y hago las cosas lo mejor posible, sino que también me lo paso en grande, sinceramente.
¿En todos estos años que usted lleva en política, cuál ha sido el mejor y el peor momento que ha pasado usted?
El peor momento fue cuando en el Ayuntamiento de Sagunto montaron todo el lío, y he dicho montaron conscientemente, de la 'operación Flotador' [una intervención policial en el consistorio saguntino que, en enero de 2019, acabó con la detención de siete personas en el marco de una investigación por la posible malversación de 11,5 millones de euros relacionada con la gestión del agua en la que se vio implicado el propio Castelló y que se archivó sin llegar a juicio], que fue una filfa, un cachondeo judicial, por unos hechos que ocurrieron antes de que yo fuera alcalde. Y el mejor momento, he tenido muchos, pero yo creo que mis primeras elecciones como candidato a la Alcaldía de Sagunt, cuando las encuestas nos daban cuatro o cinco meses antes de las elecciones que sacábamos seis concejales y el PSPV de Gloria Calero sacaba nueve. Fuimos capaces de darle la vuelta y sacar nosotros nueve concejales y que el Partido Socialista sacara seis, y por lo tanto lograr la alcaldía batiendo en aquel momento el récord de votos. Eso fue una sensación tan indescriptible, no de alegría sino de agradecimiento profundo y total hacia la gente, que creyó y confió en mí. Yo creo que aquel momento fue inigualable, porque teníamos un equipo de gente muy buena. Fue un éxito de todos y el colofón al trabajo brutal que hicimos durante cuatro años. A partir de ese día estuve ocho años como alcalde en los que no me dejaron vivir [sonríe], porque como me han dicho alguna vez, eso de ser alcalde con nueve concejales de veinticinco debe tener su mérito. Sí, lo tenía, pero las pasabas canutas todos los días, y todos los meses, y todos los plenos, y todas las juntas, y todas las comisiones...
Con la 'operación Flotador' sentí una indefensión total y absoluta
¿Sobre la 'operación Flotador', qué sintió usted cuando se encontró de repente inmerso en toda esa polémica?
Que eres objeto de la mayor injusticia del mundo. Eres vilipendiado y todo el mundo habla de oído, nadie tiene ningún tipo de información y hay quien se inventa las cosas con toda tranquilidad del mundo. Sientes que el Estado de derecho deja de serlo un poco, cuando hay medios que están dos horas antes esperando en el sitio para hacer una entrada de registro para tener las mejores imágenes. Y piensas que todo es una 'performance', y un paripé. Y cuando eso pasa en la Administración de Justicia resulta especialmente grave, teniendo en cuenta que estamos en un Estado de derecho. Y yo soy un profundo demócrata y un profundo defensor del Estado de derecho, y eso fue durísimo, porque sentí una indefensión total y absoluta.
¿Siente usted que la Justicia está politizada?
No se trata de eso, no es una cuestión de politizar la Justicia. Es algo más íntimo, más personal, más de creencia. Me sale pensar qué tipo de Estado de derecho y de Administración de Justicia son estos, que antes se enteran las televisiones que nadie de lo que va a pasar aquí. ¿Qué escándalo es este, qué espectáculo ridículo es este? ¿Qué tipo de persecución hacia los que honradamente nos dedicamos a la política es esta? Ha habido centenares de casos como este, por lo que no es una excepción. Te hace dudar de si las cosas deberían seguir así o no.
¿Se abusa de este tipo de actuaciones policiales y judiciales?
Qué quieres que te diga. Lo hemos visto todos. ¿Cuántos archivos ha habido? A cuántos compañeros les han archivado el asunto después de haber estado abriendo telediarios. No digo que hayan ido a juicio, me refiero a que se han archivado las causas, como a mí. Siempre hay injusticias de este tipo. A nosotros, al PP, nos han machacado, pero a otros partidos también. Y siempre me ha parecido que hay demasiado espectáculo alrededor de la política. Manolo Mata lo comentó también, hay una persecución hacia quienes nos dedicamos a la política que es insoportable. Claro que ha habido chorizos y sinvergüenzas. Hay que ir a por ellos, pero no se trata de disparar al aire a ver si cazas alguno, porque eso provoca indefensión.