Lo mejor de ser ministro es que un día pasas a ex ministro. Y entonces, estadísticamente, tienes muchas opciones de sentarte en el consejo de una gran empresa o ser asesor externo, con remuneración de seis dígitos. En los órganos de gobierno del IBEX 35 figuran 35 ex políticos de alto rango. Las energéticas, especialmente las eléctricas, son el destino favorito de quienes cruzan las puertas giratorias. Más de 20 ex ministros están o han estado a sueldo de Iberdrola, Endesa, Enagás, Red Eléctrica o Naturgy. Isabel Tocino, Ana Palacio, José Montilla, Fátima Báñez, Isabel García Tejerina...O Felipe González, que estuvo en Gas Natural, o Aznar, en Endesa. A esta última facturó Rodrigo Rato casi 26 millones de euros ilegalmente. Facturar desde una consultora es como poner aceite a la bisagra de la puerta. Gira más fina.
Cobro de mordidas en diferido
Pero igual que alguien inventó la fregona para evitar romperte la espalda, el zaplanismo pensó que la puerta giratoria debía mejorarse, que cuando dejas los cargos institucionales no tienes por qué preocuparte de monetizar la tarjeta de visita. El negocio se hace antes. El ex presidente Zaplana dejó la política para dedicarse a los negocios a jornada completa en abril de 2008; su ex jefe de gabinete, Juan Francisco García, abandonó en julio de 2002 (cuando su jefe dio el salto a Madrid para ser ministro de Aznar) y el ex presidente José Luis Olivas dejó de ser oficialmente político en julio de 2003, cuando dio el relevo a Francisco Camps. Los tres montaron consultora: Decuria Consulting (Zaplana), Imarol (Olivas) y Dobles Figuras Consultores (Juan Francisco García). Y los tres empezaron a vivir de rentas, a cobrar royalties de los derechos generados por los amaños de las concesiones de las ITV y el Plan Eólico. Habían superado el concepto de puerta giratoria para patentar la puerta corredera: el cobro en diferido de las mordidas pactadas (con Asedes Capital, de la famia Cotino) cuando estaban en política.
La facturación “ficticia” de Olivas y Juanfran
Los tres agentes de la UCO que han elaborado informes periciales han acreditado que los 580.000 euros facturados por Olivas a la firma de los Cotino fue la recompensa por el negocio de estos en la reventa de su 25% de Proyectos Eólicos. Olivas ya fue condenado a 18 meses de prisión y multa de 151.800 euros por falsificar esa factura. El propio ex presidente explicó que cuando dejó la política montó la sociedad, a nombre suyo y de su mujer, Mercedes Álvarez. Y que no la utilizó porque fue nombrado presidente de Bancaja. Solo la usó para una factura falsa. Ahora se dirime si enmascaró una mordida.
El ex jefe de gabinete de Zaplana, Juan Francisco García, Juanfran, es un ejemplo de cómo sacar el máximo partido a sus siete años en el Palau. Tras el pacto de conformidad con el fiscal Pablo Ponce, García confesó el amaño de las ITV. Orquestado con el difunto Juan Cotino, “en presencia de Zaplana”, en 1997. Él presidía la mesa de contratación. Cuando dejó la política, empezó a mover la puerta corredera. Juanfran cobró por dos vías: con su consultora y a través de Fénix Investments, una de las dos sociedades creadas en Luxemburgo para canalizar las comisiones.
Los agentes de la UCO explicaron que la facturación de Dobles Figuras Consultores era “ficticia”. Cobró desde 2003, indicaron, 1.248.000 euros de Asedes Capital y de Pontia, también del Grupo Sedesa. Y “justo el mismo día” que empezó la facturación de la consultora, comenzaron a hacerse efectivo los trasvases de comisiones a la firma luxemburguesa a nombre del ex jefe de gabinete. Una transferencia de mordidas que pivotó sobre la compraventa cruzada de acciones entre la sociedad extranjera y la valenciana Inversiones Impega. La primera adquirió la valenciana por 84.950 euros y Asedes la recompró por 2.334.000 euros. Ese sobreprecio eran comisiones.
Una vez liquidada la sociedad luxemburguesa, el ex jefe de gabinete se acogió a la amnistía fiscal de Montoro en 2012 para repatriar el dinero, previo pago del 10% en impuestos. No regaló una pista, sino una autopista a los investigadores que tres años más tarde se zambulleron en la causa Erial. Precisamente en una autopista tenía cargo Juan Francisco García. Zaplana lo colocó en el consejo de Aumar, que luego fue Abertis. Logró el puesto después de insistirle a Zaplana con un elocuente “¿qué hay de lo mío?”, según consta en las agendas del ex presidente.
Zaplana vivía de rentas
En el caso de Zaplana, Decuria Consulting sí le dio ingresos extra al patrimonio millonario forjado supuestamente con los amaños. En los siete primeros años de actividad, facturó 2,1 millones. Pero el grueso de la economía familiar de Zaplana se sustentaba, según la UCO, en las mordidas cobradas después de dejar el Palau. Según sus dos testaferros (el valenciano Joaquín Barceló Pachano y el uruguayo Fernando Belhot), el dinero de las inversiones en Altea, la Vila Joiosa y Madrid, el de la cuenta de Andorra controlada por Vansley y el de la cuenta suiza en el Julius Baer Group era del ex presidente. Cuando se liquidó Imison, 2,9 millones fueron a parar a la inmobiliaria Medlevante, que, a su vez, derivó 2,2 a Gesdesarrollos Integrales.
Según la UCO, los dos áticos comprados en el puerto deportivo Luis Campomanes (por 812.000 euros), pertenecían en realidad a Zaplana, al igual que las parcelas de la Vila Joiosa compradas por Gesdesarrollos. Y el piso adquirido el 15 de enero de 2010 en la calle Núñez de Balboa, escriturado a nombre de Costera del Glorio, la firma de la familia Barceló. Las dos teles Bang & Olufsen de 20.000 euros también pertenecían al ex presidente.