Ciudadanos y el PP coquetean con Puig para aprobar unos presupuestos de la Generalitat que el presidente aún no ha empezado a negociar con sus socios

La reunión entre el presidente de Consell y el líder de Ciudadanos en la Comunitat Valenciana para hablar de presupuestos ha gustado ni al PP ni a los socios del Gobierno del Botánico. Los primeros, porque pese a ser el primer partido de la oposición en diputados, todavía no han recibido la llamada de Ximo Puig. Los segundos, por lo mismo.

Todos ven con recelo el encuentro entre Ximo Puig y Toni Cantó del lunes, punto de partida para otra reunión y que en Presidencia llevaron con discreción, pero que el síndic de Ciudadanos se encargó de airear para mostrar el cambio de actitud de su formación. Cantó afirma que hay predisposición para negociar los presupuestos, siempre que la base sea el pacto de reconstrucción que suscribieron todos los grupos salvo Vox en las Corts Valencianes. De hecho, su grupo parlamentario ha solicitado este martes que se inicie el seguimiento de este acuerdo de consenso y que los presupuestos deberían ser el reflejo de los compromisos adoptados. “La vía perfecta para negociar los presupuestos es el acuerdo para la reconstrucción, que fue un hito histórico y no se debe quedar en papel mojado. Tenemos un consenso extraordinario”, expresaba el portavoz de Ciudadanos en las Corts Valencianes.

El entusiasmo de Ciudadanos no es compartido en el PP, que también busca un acercamiento discreto con el president de la Generalitat, pero reclama a Puig que sea el primero en marcar el teléfono. “Estamos deseando colaborar”, aseguraba la portavoz adjunta de PP, Eva Ortiz, que explicaba que su grupo lleva trabajando en un documento presupuestario desde principios de año. “Seguimos trabajando en las propuestas y en el debate de política general”, con medidas como “blindar la sanidad y las residencias” o prever un fondo para emergencias, desgranaba la diputada, nada favorable a un aumento de los impuestos. “Es el president el que tiene que saber si va sobrado de votos”.

A los socios parlamentarios de Puig no parece haberles hecho mucha gracia que el primer encuentro oficial sea con el líder de Ciudadanos. En Compromís llevan meses molestos con el PSPV por algunos acuerdos municipales que han suscrito con Ciudadanos, contra lo acordado en el segundo Pacto del Botánico, aunque públicamente intentan aparentar indiferencia. El síndic de Compromís, Fran Ferri, consideraba este martes que no hay problema ninguno en la reunión, ya que el procedimiento de elaboración del presupuesto corresponde al conseller de Hacienda y luego se negocia en las Corts. Su preocupación es más “el qué” -las cuentas públicas- que “el quién” -los negociadores-“ y mientras que ”Cantó está preocupado por tener presencia en esto“, mientras que a su formación le preocupa si Ciudadanos quiere recortar 3.000 millones de euros. Poco después, la portavoz adjunta de Cs, Ruth Merino, negaba esta pretensión a través de una red social.

El portavoz de Compromís insiste en que la base de las cuentas públicas es el Acuerdo del Botánico y cree que las cuentas públicas no deben estar centradas exclusivamente en la pandemia, algo “coyuntural”. El presupuesto debe recoger “el pacto, las PNL (proposiciones no de ley)... lo acordado en las Corts tiene que servir de guía”.

Por su parte, en Unides Podem consideraban que la hoja de ruta del Gobierno está clara y es el Pacto del Botánico: “La buena notícia es que Ciudadanos esté a favor y rompa con sus socios”, expresaba la diputada Beatriu Gascó, mientras Estefanía Blanes insistía que el acuerdo de reconstrucción se basa en el suscrito por los socios de Gobierno. Hemos “botanizado a la oposición”, aplaudían.

La rueda de prensa la finalizaba el portavoz socialista, Manolo Mata, con un diagnóstico grandilocuente: “Han muerto Hayeck y Friedman”, aseguraba, en referencia a las políticas neoliberales que PP y Ciudadanos parecen haber dejado atrás, al menos en sus últimos discursos. El gobierno autonómico “apuesta por políticas keynesianas y socialdemócratas. Quién ha cambiado es la derecha”, que habla de sanidad universal y resolver el déficit. “Estamos en una nueva política”, vaticinaba, dando la “bienvenida” a la derecha. En tiempos de pandemia, consideraba, un presupuesto “exclusivamente botánico” es decir, de PSPV, Compromís y Unides Podem, sería “un mal mensaje”.