Los sondeos internos que los partidos han hecho públicos durante las últimas semanas y las encuestas demoscópicas apuntan prácticamente en la misma dirección: el Parlamento que surja de las próximas elecciones autonómicas en la Comunitat Valenciana, que se celebran de la mano de las municipales el 28 de mayo, tendrá unas mayorías muy poco definidas, con poca diferencia entre los bloques de izquierda y derecha, y con cierta ventaja para los partidos que componen el Pacto del Botánico.
Las Corts Valencianes tienen 99 diputados y tres circunscripciones, una por provincia, con la mayoría absoluta a partir del escaño 50. En las encuestas más favorables al bloque conservador la derecha se encuentra en empate con la izquierda: solo vence si se da la mejor horquilla para la suma de PP y Vox y la peor para el PSPV, Compromís y Unides Podem. Y aún así, la brecha es de tres diputados (51 frente a 48), en sondeos con un error muestral superior al 3%. En las encuestas más favorables a la alianza de izquierdas, estas superan al bloque de derechas también por un ligero margen, muy similar a la composición actual del Parlamento valenciano, donde las tres formaciones del Pacto del Botánico suman 52 diputados.
Un sondeo interno de Compromís, realizado por GFK, apunta a un escenario favorable a una reedición del Acuerdo del Botánico. Aunque no traduce los resultados a escaños, la encuesta marca una subida del PSPV (pasa del 24% de los votos a entre el 25% y el 26%), una mejora de Compromís (pasa del 16,4% a entre el 18% y el 20%), aunque Unidas Podemos baja en su apoyo total, entre un 5% y un 4%. La valoración de la encuesta apunta a una transferencia del voto de los morados a los valencianistas, que se llevan uno de cada cuatro votos de Podem. Quienes quedan en todas las encuestas por debajo de la barrera, y por tanto fuera de las Corts Valencianes, son los representantes de Ciudadanos, que en algunos casos no llegan ni al 3%. Prácticamente todos los sondeos auguran una transferencia de los votos de Ciudadanos a PP y Vox, aunque en la bancada izquierda creen que una parte se quedará en casa y otra puede confiar en el presidente valenciano, el socialista Ximo Puig.
Precisamente es este porcentaje del 5% en el que los sondeos ubican a Podem -que aún no ha decidido si va en coalición con Esquerra Unida- y que puede hacer inclinar la balanza entre un tercer gobierno como el actual, con el PSOE de Ximo Puig a la cabeza de la coalición, o uno de PP y Vox. La barrera electoral de entrada a las Corts Valencianes, la más alta del Estado español, es del 5% de los votos en el total de la comunidad autónoma, aunque la circunscripción -y por tanto el reparto de escaños- es provincial.
Este listón ha dejado históricamente a formaciones con más de 100.000 votos fuera del Parlamento valenciano. Una de las primeras fue Unión Valenciana, que pasó de tener 5 diputados a quedarse fuera de las Corts con un 4,76% de los votos (106.119) en las elecciones de 1999. En las elecciones de 2003, el Bloc Nacionalista Valencià -hoy integrado en la coalición Compromís- liderado por Pere Mayor se quedó sin diputados pese a obtener 114.000 votos, un 4,77% del total. Ese mismo año, con 40.000 votos más, en concreto 154.494 (el 6,7%) la Esquerra Unida -Entesa-, entonces liderada por Joan Ribó, obtuvo 6 escaños en las Corts. En las elecciones autonómicas de 2015, la candidatura Acord Ciutadà -Esquerra Unida y Esquerra Republicana- con Ignacio Blanco a la cabeza, se quedó fuera del Parlamento con un 4'33% (106.000 votos). Entraron en 2019 en la coalición Unidas Podemos.
Los diputados que firmaron el Pacto del Botánico en la Comunitat Valenciana han intentado hasta la saciedad reformar la ley electoral para rebajar este listón, que data de finales de los ochenta. El sistema provincial hizo recelar al legislador en su día por la posibilidad de que surgieran partidos cantonalistas en Alicante y terminó limitando la presencia de grupos como el Bloc Nacionalista Valencià. La reforma se ha abordado en numerosas comisiones parlamentarias y se ha buscado el apoyo del PP y Ciudadanos, este último con esta medida en su programa electoral. Pero los cambios de opinión en la formación naranja, entonces con Toni Cantó a la cabeza, han frustrado todos los intentos. Finalmente, la fuga de diputados ha hecho imposible encontrar una mayoría cualificada para aprobar la reforma de la ley.
El Estatuto valenciano indica que cada circunscripción debe tener al menos 20 diputados y el resto se reparten con criterios de población.
Las encuestas sitúan a Podemos en este límite, en la puerta de entrada, y Ciudadanos directamente fuera de las Corts Valencianes. La de Compromís, la más reciente -una muestra de 1.300 personas entre febrero y marzo-, apunta que la perspectiva de que Unidas Podemos y Ciudadanos se queden fuera de las Corts y el volumen de voto que quede sin representación es una de las claves relevantes para determinar la situación final entre bloques. Con su estimación, es posible reeditar el Gobierno de izquierdas sin Podem, aunque manifiesta sus temores: dependerá de la movilización del conjunto del electorado y el tirón de las otras dos fuerzas progresistas.
Los sondeos de los socialistas, que aún no han querido hacer públicos, apuntan a que los morados seguirán siendo sus compañeros de viaje. En las últimas elecciones autonómicas, celebradas en abril de 2019, la alianza de Podemos con Esquerra Unida obtuvo 213.000 votos, un 8% del censo que les otorgó 8 diputados: 3 en Alicante, 2 en Castellón y 3 en Valencia. La barrera del 5% será determinante para los nuevos equilibrios.