Los nueve empresarios que se han autoinculpado en el caso Gürtel, y que en su día amenazaron con denunciar a los miembros del PSPV que llevaron el caso ante la Justicia, están pasando durante la mañana de este martes por el banquillo de los acusados. Todo está transcurriendo según el plan de la fiscal anticorrupción.
Los patronos que han declarado (Enrique Ortíz, Gabriel Batalla, José Francisco Bevià, Vicente Cotino y Enrique Gimeno) han reconocido los hechos y han aceptado las penas de multas (entre todos sumarán alrededor de dos millones de euros) para evitar la cárcel.
La fiscal ha leído el acuerdo en el que reconocen que asumieron el coste de los actos del Partido Popular en las campañas electorales de 2007 y 2008 a través de pagos ficticios a la empresa Orange Market.
En el escrito explican que, al no poder financiar legalmente al PP por ser contratistas de la Generalitat de Francisco Camps, realizaron estos pagos ilegales a la trama de Francisco Correa, que era la que organizaba los mítines y los actos de los populares valencianos.
Los cinco acusados que a media mañana habían confesado también reconocen que colaboraron en la elaboración de facturas falsas en connivencia con los dirigentes del PP valenciano y de los responsables de la trama Gürtel.
Los empresarios están siguiendo la estrategia marcada y sólo han contestado a la fiscal anticorrupción y a su defensa.
Por su parte, la defensa de Pablo Crespo ha querido dejar constancia de que su cliente no conocía a estos empresarios.
Tras su declaración, los nueve empresarios acusados han abandonado el juzgado a la carrera y ya no regresarán hasta el último día del juicio.
Todo apunta a que por la tarde le tocará el turno a Francisco Correa y el resto de los acusados responsables de la trama.