El exconsejero, exvicepresidente de Emarsa y denunciante del caso, Ramón Marí (PSPV), ha dicho este jueves que él y Enrique Crespo eran amigos y que confiaba en él hasta que vio la auditoría de 2008 y constató que el expresidente de la empresa pública y exvicepresidente de la Diputación le había mentido.
Marí ha declarado como testigo en la vigésima sesión del juicio por el supuesto desvío de más de veinte millones de euros de la empresa pública que gestionó la depuradora de Pinedo (València).
“Me dijeron que las empresas públicas generaban déficit y lo asumí, jamás pensé que fuese porque estaban robando. En principio pensé que los problemas de Emarsa venían por el exceso de enchufados y por la falta de financiación de EPSAR”, ha asegurado.
“Presidente y gerente mintieron y enredaron, nos decían que nos iban a dar información; cuando le acusaba de algo me amenazaba con querellarse contra mí, consta en actas. Yo me retractaba”, ha asegurado en relación a Crespo.
Desde la junta general de 2009 (sobre las cuentas de 2008) y hasta la liquidación de la empresa “no se nos informaba de los problemas de liquidez como tales, sino de desequilibrios patrimoniales”, ha subrayado Marí, quien tampoco supo nada acerca de los viajes a Rumanía por parte de directivos de Emarsa supuestamente para buscar nuevas vías de financiación.
Robo de información
En su declaración ha detallado que no fue hasta octubre de 2010, cuando ya se había avanzado en la liquidación de la empresa, cuando desde la Emshi se le entregó toda la documentación que había solicitado, y fue en ese momento cuando advirtió sobre el supuesto robo de información, según se lo comunicaron trabajadores de la Emshi.
Respecto a esos supuestos robos de información, ha dicho que desaparecieron los vales de caja a través de los cuales los contables de Emarsa autorizaban gastos en comidas o viajes, entre otros.
A preguntas de las defensas, Marí ha asegurado: “Para saber lo que pasa has de poder ver si un mismo concepto se factura cuatro o diez veces, si cuando llega agosto se pasan 40.000 euros en viajes de los trabajadores para cursos, y eso no constaba en las cuentas anuales o en las memorias que nos entregaban a los consejeros”.
Asimismo, ha reconocido que se tomó a “burla” cuando Crespo, como presidente de Emarsa, le propuso hacerse cargo de la empresa, ya que los consejeros socialistas estaban en minoría frente a los del PP (cuatro frente a trece) y él entendió imposible la labor de “despedir a enchufados” que creía necesaria.
En la práctica, ha asegurado, jamás ejerció como presidente primero y “hoy en día” sigue pensando que sus atribuciones reales no eran iguales a las del presidente, tal y como declaró Crespo.
Marí ha reconocido que se reunió en dos ocasiones con el directivo de la EPSAR Juan José Morenilla y que le preguntó por Crespo, pero ha negado que le interrogase sobre la supuesta financiación ilegal del PP a través de Emarsa, como declaró Morenilla.