Una de las esculturas de gran formato cuya autenticidad se cuestiona y que, al parecer, sirvieron a la trama corrupta del IVAM para desviar fondos públicos preside la entrada principal a los juzgados de Valencia, por donde previsiblemente desfilará Consuelo Císcar para ser juzgada precisamente por esa y otras supuestas falsificaciones.
Se trata de 'Las tres gracias', una escultura de bronce y acero corten pintado, de 1,70 por 2 metros, fundida por encargo del IVAM en 2007 a partir de una pieza original de Rueda realizada en 1986, de tamaño considerablemente inferior (20x41x25 centímetros) y realizada en madera y porcelana, es decir, unos materiales totalmente distintos.
Sin la mediación del autor, puesto que había fallecido en 1996, su obra original de pequeño formato realizada en porcelana y madera, se transformó en una “enorme chatarra” metálica por la que pagaron entre 200.000 y 300.000 euros, según el testimonio de algunos testigos que obra en la causa.
No es el único caso de transformación libre de una obra de arte original en otra totalmente diferente en cuanto a tamaño, formato o materiales.
Según detalla el abogado de la Generalitat el hijo de Gerardo Rueda y el IVAM realizaron reproducciones metálicas en gran formato, diez años después de la muerte del artista, a partir de pequeñas obras de madera, pinturas o collages.
Es el caso de 'Mural de Construcción 1', de 1994, que se transforma en una pieza de 8x10 metros de chapa y acero corten pintado o 'Bodegón olvidado', de 1983, una escultura de madera que es transformada libremente en una pieza de bronce y acero para su puesta en el mercado como una pieza original de Rueda.
La escultura metálica que fue encargada por Consuelo Císcar y que desde hace años preside la entrada principal de la Ciutat de la Justícia de València, a juicio de la Fiscalía y la Abogacía de la Generalitat, un fraude, puesto que su autoría no se puede atribuir a Gerardo Rueda, que no dejó indicación alguna sobre su reproducción.
Las 'tres gracias' que se puede contemplar a la puerta de los juzgados fue anotada por los entonces gestores del IVAM como la “donación 540.910”, realizada por el hijo adoptivo de Rueda, José Luis Rueda Jiménez, tras haber vendido otras piezas al museo valenciano por 2,9 millones de euros.
Sin embargo, el Instituto Valenciano de Arte Moderno se hizo cargo de la fundición de gran parte de las obras que fueron donadas, por lo que el coste de esta operación para las arcas públicas se elevó hasta los 3,45 millones de euros.
Consuelo Císcar firmó dos contratos de compra de obras con el hijo de Rueda: en el primero, firmado en 2004, se compraron 13 esculturas inexistentes, es decir, que fueron fundidas posteriormente; y en el segundo, de 2006, se incluyeron 84 obras, 7 vendidas y 77 donadas, de las cuales 44 no fueron ejecutadas en vida por Gerardo Rueda.
Del total de obras que recibió el IVAM, compradas o donadas, se sospecha que al menos 48 fueron manufacturadas por una fundición más de diez años después de la muerte del artista; de las 36 restantes, dieciséis son bocetos y las otras veinte solo llegaron al IVAM después de que, en 2015, la Intervención General de la Generalitat alertara en un informe de que no se habían recepcionado jamás.
Sobre las 36 obras restantes, las que no tuvieron que ser fundidas, la Abogacía de la Generalitat expone que dieciséis son bocetos de vidrieras que no pueden catalogarse de obra de arte, ya que se corresponden con bosquejos para las verdaderas vidrieras instaladas en las catedrales de Cuenca o de Burgos; y las restantes son pequeñas esculturas o colajes hechas, en algunos casos, con cajas de cerillas, sobres o cartón.
Además, se cuestiona la validez de dichas donaciones, porque legalmente una donación no puede comprender bienes futuros, es decir, aquellos de los que el donante no puede disponer en el momento de la donación.
Por estos hechos, la Fiscalía Anticorrupción reclama una condena de seis años de prisión y una multa de 144.000 euros para la exdirectora del IVAM Consuelo Císcar -esposa del exconseller del PP Rafael Blasco, condenado por corrupción en el caso Cooperación- a quien se considera responsable de los delitos continuados de falsedad, prevaricación y malversación en su modalidad agravada.
En esta misma pieza también está procesado el ex director general de Administración y Finanzas del museo Juan Carlos Lledó, a quien se considera responsable de los mismos delitos en calidad de cooperador necesario, y para quien se reclama una pena de prisión de 5,5 años y una multa de 63.000 euros.
Para José Luis Rueda, hijo adoptivo del pintor y escultor madrileño Gerardo Rueda, la Fiscalía pide una condena de cinco años por su supuesta participación en los hechos, también en calidad de cooperador.
Además de las referidas condenas y multas, la Fiscalía les reclama a todos ellos, de forma solidaria y conjunta, una indemnización de 3.456.876 euros para el Instituto Valenciano de Arte Moderno.