La exsecretaria de administración de Emarsa María Fernanda Romero ha declarado este martes que cuando esta empresa pública entró en liquidación y la Emshi comprobó toda la contabilidad “aparecieron facturas de la noche a la mañana” y se borraron registros contables.
Esta testigo ha declarado en la vigésimo quinta jornada del juicio por el caso Emarsa, sobre el desvío de más de veinte millones de euros de la empresa que gestionó la depuradora de Pinedo (València).
El archivo de las facturas en Emarsa, según ha explicado, se encontraba en un espacio “junto a la máquina de café, sin llave”, aunque tanto los entonces gerente, Esteban Cuesta, como director financiero, Enrique Arnal, guardaban otras facturas en sus despachos.
“Yo no supe de la existencia de esas facturas hasta que la Emshi nos encargó comprobar la contabilidad para ver si era correcta la deuda que reclamaban los proveedores. Nos dimos cuenta de que Arnal guardaba facturas que no habíamos visto antes. Nos dijeron que en el despacho de Cuesta también había más”, ha explicado.
Durante el periodo de liquidación de Emarsa, “además de aparecer facturas, desaparecieron las claves del programa de contabilidad”, según su declaración.
“Normalmente, al abrir un asiento quedaba constancia de quién lo había hecho, pero eso desapareció de repente y en lugar de nuestras identificaciones aparecía un nombre genérico. Se había modificado el programa de contabilidad”, ha detallado esta secretaria.
Preguntada por quién era el administrador del programa, ha respondido que Sebastián García “Chanín”, considerado el jefe de Informática de la planta, si bien Enrique Arnal “también tenía acceso a todo”.