Como si de una guerra de guerrillas se tratara, al President de la Generalitat, Alberto Fabra, continúan persiguiéndole las protestas de los trabajadores de RTVV, que claman contra el cierre del ente público. Hasta en dos ocasiones este miércoles, el Jefe del Consell se ha encontrado con pequeñas concentraciones de empleados de Canal 9 (primero en Xàtiva y después en el Palau de les Arts), aunque éstos ni le han podido ver debido al gran séquito de seguridad que blinda desde el lunes al President.
Si ayer martes Fabra 'invitaba' a los trabajadores a que le acompañaran a sus actos públicos, hoy ha insistido en que “50 personas no me van a hacer cambiar la agenda”, en referencia las protestas “legítimas” que se repiten en cada ocasión en la que el Jefe del Consell se desplaza fuera del Palau de la Generalitat.
El presidente de la Generalitat ha reconocido que se han vivido “momentos de tensión” estas últimas fechas y que en estas circunstancias hay que tener “mucha calma y dejar que la gente se exprese, aunque sin patadas ni puñetazos”, porque han advertido que serán denunciados. Generar más tensión, explica, es “innecesario”, aunque entiende las reivindicaciones de los trabajadores de Canal 9.
También se refirió a los hechos del pasado martes en el CdT, cuando primero una periodista acabó en el suelo al tropezarse con un miembro de seguridad, “no hubo placaje, sino que fue algo fortuito”, y posteriormente cuando su coche quedó bloqueado al encontrarse de frente con un furgón de la policía, lo que provocó que se viera rodeado de trabajadores.
Estos acontecimientos han causado que la seguridad de Fabra se haya multiplicado, como se ha podido ver este miércoles en Xàtiva, donde han acompañado al presidente hasta ocho furgones de la Policía Nacional acompañados de unidades de la Guardia Civil y la Policía Local.
Precisamente, en la localidad de La Costera se ha producido una de las anécdotas más destacadas de los últimos días, cuando los alumnos de un colegio le han gritado a Fabra “que torne Canal 9”, además de otras consignas contra los recortes en educación, lo que ha provocado que la policía les hiciera callar.