Apartamentos turísticos, franquicias, hoteles que se propagan y alquileres imposibles para la ciudadanía. El vecindario de Ciutat Vella denuncia la conversión del centro histórico de València en un parque temático y la pasividad de las administraciones públicas ante la expulsión de sus habitantes. La iniciativa Veïnat en perill d'extinció (vecindario en peligro de extinción) ha empapelado este lunes la ciudad con noticias falsas sobre un río navegable para cruceros y un hotel en las Torres de Serrans para denunciar, en el día de los Inocentes, que la turistificación no es ninguna broma y no les hace ninguna gracia.
La acción se ha completado con difusión de mensajes y fotografías manipuladas en redes sociales y una rueda de prensa en un edificio que, denuncian, fue comprado por un fondo buitre -Good Capital Investement- y pretende desalojar a sus vecinos. “De los siete pisos habitados sólo quedan cuatro, y tres de ellos en peligro de desahucio inmediato. De este modo, si nadie lo impide antes, Teresa, la vecina de 85 años que tiene un alquiler de renta antigua, se quedará sola en el edificio tras cuarenta años”, denuncia la plataforma.
Los vecinos denuncian que pese a la pandemia no se haya cambiado el modelo productivo y la ciudad siga abogando por la turistificación y masificación a costa de quienes la habitan y reclaman una reorientación de las políticas, así como las garantías de una vivienda digna. “No nos hace gracia que en plena pandemia y con la evidencia del fracaso del modelo económico dependiente del turismo no se hayan parado efectivamente los desahucios y se siga echando al vecindario de sus casas. No nos hace ninguna gracia que el Ayuntamiento y el resto de administraciones siguen sin atender las necesidades de Ciutat Vella y de sus habitantes para satisfacer los intereses de empresarios y especuladores”, critican.
Además, recuerdan, el confinamiento y las medidas restrictivas provocadas por la pandemia han puesto de manifiesto que “los negocios orientados exclusivamente al turismo se están viendo gravemente perjudicados, abocando gran parte de los trabajadores -a menudo precarios- en paro; mientras que los comercios de barrio también están sufriendo porque ya no queda vecindario”. Así, con una inocentada reivindicativa, claman a las administraciones que permitan que la vida vuelva a surgir en el barrio.